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Te cielo… ¡cuánto te cielo! 3
Detrás de un "te cielo".
Mi amor, mi pedacito de cielo, cuánto añoro de tus labios un beso.
Cuánto quiero verte en este instante y decirte muchas cosas más,
porque aún tengo mucho por decirte, hay tanto aún detrás de esa
frase, pero no me alcanzan las palabras ¡y es que no las hay! Para el
amor no existe un diccionario ni un alfabeto, ni una regla ortográfica
ni gramatical definida, y aun así tiene el maravilloso don de
comunicarse en todo momento, actúa con su propia lógica y posee su
característica forma de expresión, sí, así es el amor.
¿Cuáles son las palabras que necesito para hablarle a una célula de
mi cuerpo? ¿O al átomo, a un poro o tal vez a la sangre que corre por
mis venas? No puedes agarrar a ninguno de ellos y hablarles
esperando que entiendan un lenguaje, unas palabras que tratan de
explicar algo. No puedes tomar la energía que rodea el cuerpo e
intentar hablar con ella, sin embargo, esas cosas existen, aunque
tengan “un lenguaje propio”, así es el corazón que no depende de un
lenguaje porque él es autónomo, es capaz de pensar, decidir y elegir a
su antojo, además de ser capaz de comunicarse en todos los niveles
sin tanta dificultad.
Te cielo, es lo único que podría decir porque no tengo la capacidad de
describir ni escribir, mucho menos traducir esto que dice mi corazón,
esto que grita tan alto y tan fuerte, esto que yo puedo entender pero
que me es imposible de expresar en palabras porque el lenguaje del
amor, del corazón, no está hecho para ser leído ni mucho menos para
ser comunicado por la mente, por eso mi mente no lo entiende y no
puede traducirlo a palabras, por tanto las verdaderas “palabras” del
corazón no pueden ser distorsionadas porque nadie puede transmitir
en palabras lo que está hecho sólo para ser sentido y vivido a través
de las emociones, aquello que denominamos sentimiento.
No tengo idea de cómo puede llegarse a sentir tanto, y no sé si de
alguna manera pueda mostrarte todo lo hay dentro de mi corazón,
pero déjame empezar diciendo que te cielo porque es la única frase
que iguala en intensidad lo que yo siento por ti.