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Toma mi corazón de nuevo, y regálele a mi poesía tu imagen de 20
divina creación, y haz de esta humilde dedicatoria de amor un ruego,
del que te digo sinceramente nunca me dejes por favor.
Toma mi corazón de nuevo, pues siempre te ha pertenecido, y en tus
manos lo dejo reposar… Toma mi corazón de nuevo y deja que el
tuyo de él se pueda enamorar.
Tú eres ese amor
Hoy cuando escribía esta carta he tenido que retener en mi garganta
el llanto que estaba a punto de salir, sufrimos la lejanía, la distancia,
extrañamos no abrazarnos y hablar de cosas nuestras...
Miro tu foto y me entran ganas de correr a tu lado y abrazarte.
Quisiera que toda esta distancia que nos separa fuese sólo una línea
delgada que podamos cruzar, pero no es así, y vuelvo a ver mi
realidad.
Entre suspiros calladito te escribo desde este rincón de mi casa,
contándote todas estas cosas que tú ya sabes y esperas de mí.
Desde que llegaste a mi vida supe que serías el amor de mi vida.
Siempre te esperaré, siempre te extrañaré, nunca mi amor de ti me
apartaré.
¡Si supieses todo lo que siento! Mi corazón se hace tan grande como
el mismo universo donde hacemos nuestro hogar cada vez que una
estrella miramos.
Y mientras miro la inmensidad de este mundo, estoy segura que
podré superar todos los obstáculos que vengan, porque tú eres mi
fuerza, mis ganas de vivir y de sentir.
Tú significas todo para mí, sin tu presencia no estaría escribiendo
estas letras que cada día inspiras, estas cartas que están siempre
plagadas de palabras repetitivas pero que se sientan muy bien
cuando las decimos y recibimos.
Eres el amor de mi vida, ya nada puedo hacer para cambiar este
destino, y tampoco quiero, pues tú eres lo que más anhelo, no puedo
imaginar la vida sin ti, sería como mirar un cielo sin estrellas, como
no querer que se levante el sol... cosas imposibles.
Así es mi amor para ti, único, amable, leal y sobre todo fiel.