Page 23 - Cuentos para el científico que llevas dentro

Nanopartículas: ¿Eso con qué se come?
Jenaro Daniel Jaime González
A veces, cuando estamos preparando una salsa picante, por ejemplo un pico de gallo, tenemos que picar el chile con un cuchillo. Si el chile lo picamos muy pequeño quedará muy picoso.
Hablando de picar, en el siglo XIX John Dalton (él no comía picante porque era inglés), se imaginó que si picaba cualquier material, podía llegar a un punto, invisible al ojo, en que no podía dividirlo más, obteniendo pequeñas partículas. Así fue como definió lo que era un átomo: algo indivisible de lo que están formadas las cosas y cada grupo de átomos iguales tiene sus propias características. Ahora ya sabemos que podemos dividir un átomo, que éste tiene electrones, que los electrones en conjunto tienen sus propias características, de donde obtenemos electricidad, por ejemplo. Así, podemos decir que cada grupo de átomos o cada cúmulo de partículas tiene sus características especiales. Si empezáramos a picar o dividir un material, y nos detuviéramos antes de llegar a los átomos, tendríamos pequeñas partículas; si el tamaño es de 0,000000001 (un milimillonésimo) de un metro (lo que sería un nanómetro), éstas son nanopartículas. Con este tamaño caben un millón de veces en el ojillo de una aguja y se comportan de manera diferente a las que son más grandes. Pero ¿qué hace la diferencia de éstas con otro tipo de partículas?
Si recordamos el pico de gallo del inicio, nos podemos preguntar: ¿Por qué quedó tan picante? La respuesta sencilla es porque cada pedazo de chile quedó muy fino. Cuanto más finamente esté picado, tenemos más pedazos de chile por cada pedazo de cebolla o jitomate, aunque tengamos la misma cantidad de cada uno de ellos que si los pedazos de chile son más grandes. Ahora, si nos vamos un poco más allá, cuando probamos la salsa, en el momento en que ponemos la salsa en nuestra boca, en un taco de asada o unas papas preparadas, esos pequeños pedazos de chile podrán quedarse más tiempo en los pliegues de nuestra lengua, dando la sensación de más picor. Es decir, el picante cambió con el tamaño del chile.
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