Page 13 - Boletín CIMAT julio 2019
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 Liliam Alvarez en Costa Rica
 ¿Y cuáles son las marcas que distinguen esas discriminaciones en el sector de la ciencia?
No son muy abiertas, pero existen. Te voy a poner un ejemplo. Yo tenía una alumna muy bonita que se vestía con faldas cortas. Era matemática. Mis compañeros decían qué hace esta niña estudiando esto, en vez de estar bailando en el Tropicana (un famoso cabaret de La Habana). Eso es discriminación. No nos ven, no te nominan. En las instituciones, en las universidades, para ser académicos. Eres casi anónima.
Hay un camino doble que recorrer...
Doble y triple. En Cuba no llega a ser quizás tanto así, pero yo una vez fui a Jamaica y las jamaicanas te dicen: mira si además de científica, eres mujer y negra tienes que demostrar cinco veces un currículum estándar para ser jefe de departamento. Lo tienen bien estudiado. En Cuba no tanto así, pero pasa. En el sector de la salud, donde casi el 80 por ciento son mujeres, cuando se revisa los directores de hospitales, la mayoría son hombres. Por primera vez la bicentenaria Universidad de La Habana tiene una rectora.
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Hay un informe de la UNESCO de este año donde se advierte que solo el 35 por ciento de quienes están en carreras STEM, son mujeres. ¿Cómo se puede revertir esa realidad desde las políticas?
Me gusta que me hagas esa pregunta porque en Cuba esta metodología STEM no está establecida ni en el Ministerio de Educación, ni en el Ministerio de Educación Superior, ni en la Academia de Ciencias. ¿Por qué el mundo desarrollado separa esto así, habla de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática? Primero, porque la matemática es una ciencia transversal que está lo mismo en la neurociencia que en la estadística. La matemática,
como el género, son transversales. En Cuba eso no se comprende eso.
En cuanto a la presencia de la mujer, en efecto es un fenómeno del mundo. Se está haciendo difícil que los jóvenes quieran estudiar para ser científicos. El primer mundo desarrolla esta metodología para captar a muchachos que quieran ser científicos y en eso colocar la variable género, porque las mujeres somos la mitad de la humanidad. ¿Qué es lo que está pasando? Por ejemplo, en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echevarría entran la misma cantidad de muchachas y muchachos y se gradúan igual, pero entonces los muchachos suben en su vida profesional, son jefes de la industria, hacen enseguida maestría o doctorado. A las muchachas les cuesta más. Pero el problema es que si la ciencia no aprovecha a esas muchachas que se están graduando, está desaprovechando el 50 por ciento del talento. Si no captas a esas mujeres talentosas que ya entraron, para que vayan a trabajar a los centros de investigación, pierdes la mitad del talento.
¿Cómo se puede incidir en esa realidad desde edades tempranas?
Hay que diseñar estrategias y políticas. Yo pertenezco a una Red Iberoamericana de Divulgación de la Ciencia. Allí he publicado temas de mujeres en la ciencia. Hace poco una maestra española contaba que les puso una composición a sus niñas con el tema yo no quiero ser princesa, quiero ser física cuántica. Te pongo ese ejemplo porque hace falta una estrategia desde los ministerios y luego desde los medios de comunicación. O sea, decirles a los padres que todos los niños cuando nacen son científicos y la sociedad le va matando la curiosidad, el afán de saber. Y más a las niñas.
* Artículo tomado de www.SciDev.Net, bajo la licencia Creative Commons Attribution 3.0. Consulte el artículo en la fuente original aquí.
  Las Matemáticas también empoderan a las Mujeres
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