Page 63 - Cartas a Jóvenes Enamorados (1987)
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Compromisos quebrantados                          59


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                           Esta carta contiene algunas de las advertencias y

                      consejos más severos de la sierva del Señor que se en-
                      cuentran en este libro. Parece que Isabel tiene tantos
                      problemas y debilidades personales que su caso es de-
                      sesperado. Al principio esta carta pareciera ser un juicio
                      final de Dios, pero justamente en la mitad de toda la
                      reprensión se encuentran las siguientes palabras de áni-

                      mo: “No considero tu caso desesperado; si así fuera,
                      mi pluma no estaría escribiendo estas líneas”. Elena
                      G. de White concluye con una fuerte apelación para la
                      conversión de Isabel.
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               Querida Isabel,

                    Se me ha mostrado que estás en peligro de caer completamente
               bajo el control del gran adversario de las almas. Te opones a la
               restricción, eres obstinada, voluntariosa y terca, y les has dado
               muchos problemas a tus padres. Ellos cometieron equivocaciones.
               Tu padre te consintió imprudentemente. Tú te aprovechaste de esto
               y te volviste engañosa. Recibiste aprobación que no mereces.
                    En la escuela tenías un maestro bueno y noble, sin embargo te in-

               dignabas porque te controlaba. Pensaste que por ser hija del pastor
               Cole, tu maestro debía mostrar preferencia por ti, y que no debiera
               haberse tomado la libertad de corregirte y reprenderte Mientras
               estabas en la escuela hubo ocasiones en que fuiste problemática,
               atrevida y desafiante, y en gran medida te faltó modestia y decoro.

               Eras descarada, egoísta y orgullosa y necesitabas disciplina firme
               tanto en el hogar como en la escuela.
                    Tienes ideas incorrectas en cuanto a la sociabilidad entre las
               niñas y los jóvenes, y te resulta muy atrayente estar en compañía
               de los muchachos. Te hiciste daño leyendo novelas de amor y de
               romances y tu mente quedó fascinada con pensamientos impuros. Tu

               imaginación se corrompió al punto de no tener poder para dominar
               tus pensamientos. Satanás te lleva cautiva a su voluntad.
                    Tu conducta no ha sido casta, ni modesta ni de buen nombre. No
               tienes el temor de Dios delante de tus ojos. Mi querida niña, a menos
               que te detengas justamente donde estás, con seguridad la ruina está
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