Page 15 - Periodico Escolar 43 Colegio de Educación Especial Nuestra Señora del Carmen - ASPRONTE
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Colegio de Educación Especial “Nuestra Señora del Carmen”  - ASPRONTE                         Nuestra Voz nº 43





              La importancia de la gestión emocional en las relaciones familiares

              Así  pues,  todos  nos  hemos  sentido  culpables,  avergonzados,  tristes,  preocupados  o  enfadados  en
              diversidad de contextos y situaciones. La paternidad no está exenta de estas emociones. Son adaptativas
              para nuestra función como padres, y también para nuestra función como hijos, hermanos...

              El  problema  surge  cuando  la  expresión  de  estas  emociones  interfiere  en  la  dinámica  familiar  y
              social de forma significativa, de forma que impida la autorregulación como individuo y como sistema
              familiar y social, con su desarrollo saludable, y que, por lo tanto, pueda requerir de un proceso terapéutico
              que favorezca el restablecimiento del equilibrio o del homeostasis.

              Por  lo  expuesto  anteriormente,  este  proceso  terapéutico  debe focalizarse  en  la  comprensión  de  las
              emociones  y  sus  componentes  (cognitivos,  afectivos  y  conductuales).  Pero  no  sólo  son  necesarias  la
              escucha activa, la compresión y la empatía en el abordaje terapéutico. ¡Incluso el entrenamiento de la
              persona en técnicas de afrontamiento de diversa índole puede resultar insuficiente sin algo esencial! Y
              esto no es otra cosa que la validación.

              Validar  significa  aceptar  las  emociones  sin  juzgar,  sin  reprochar...  Aceptar  que  en  ese  momento
              nuestros pensamientos, emociones y conductas fueron las que fueron y que no pudieron ser de otra forma
              en esa situación determinada, porque no sabíamos o no podíamos con las herramientas que disponíamos.

              No se trata de justificar, todo lo contrario. Se trata de utilizar la culpa, la vergüenza, el miedo y la
              tristeza para avanzar, para aprender y focalizar el esfuerzo en el proceso de cambio y en la mejoría, se
              trata de recuperar la función adaptativa de esas emociones, de restablecer el equilibrio.





                                            En  definitiva,  en  cualquier  relación  terapéutica,  la  validación  del
                                            profesional es imprescindible y el autovalidación de la propia persona
                                            es esencial para promover el proceso de cambio. Validar para avanzar,
                                            como padres, como hijos, como personas...





                                                                                    Aurelio Trujillo Rodríguez

                                                                                           Psicólogo Colegio
















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