Page 61 - Los siete sabios de Grecia, en sus siete veneradas sentencias
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áe. Gnáa,
fiombre tan vil, lo que uno tuvo de
temerario, mostró otro de cobarde,
y ambos tocaron los viciosos extre'
mos de lo mas,
y lo menos.
El Emperador Claudio fue muy
notado en el vicioso exceso, con
que aolaudió, premió a Narciso
y
su esclavo; pues transformándole los
grillos en cadenas
, y joyas de oro,
y las esposas en .anillos eqüestres,
llego a ser tan copioso su caudal,
que pasaron a Proverbio los tesoros
de Narciso, como en otro tiempo
lo fueron los de Midas.
Por el contrario , el Emperador
Justiniano trocó la feliz suerte del
Capitán Belisario en el mas lamen-
table estrago de la fortuna
, llegan-
do a ser, si antes el mas poderoso,
después tan abatido, que mendiga-
ba para el preciso sustento una
li-
mosna, siendo el que mas había en-
grandecido los límites del Romano
imperio con sus
villorías, el mas
in-