Page 333 - Egipto Tomo 1
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250 EL CAIRO
Su desarrollo marchó á grandes pasos bajo la dirección de cuatro inspectores de cons-
trucciones, y las calles y los barrios en que fueron establecidos los soldados, teniendo en
cuenta sus procedencias distintas, ocuparon al cabo de poco tiempo los jardines y los campos
que los árabes encontraron á su llegada. Aquí se levantaba la fortaleza de Babilonia cuva
Puerta de hierro abría delante del Nilo, al extremo del puente de barcas que enlazaba
la isla de Roda con la tierra firme: allá la antigua iglesia copta de María, anterior tal
vez á la fundación de Fostat, en la cripta de la cual, del mismo modo que debajo del
árbol de Matarijeh, muéstrase todavía el sitio en que descansó la sagrada familia cuando
su huida á Egipto: algo más lejos y hasta la falda misma del Mokkatam, verdeaban
hermosos parques y frondosos viñedos, en medio de los cuales erguíase el Castillo de las
luces, en el cual acostumbraban alojarse los emperadores griegos y romanos en sus visitas
á estas regiones.
El célebre nilómetro ó meldas de Roda fué transportado probablemente de Memphis
á la isla situada delante de Rabilonia después de la fundación de Fostat. Makrizi (1417)
vio todavía los restos de un antiguo nilómetro, cuyos sucesores, restaurados y perfeccionados,
sirven aún al Egipto entero para indicar el momento en que empiezan á decrecer las aguas
de la inundación, acontecimiento que es siempre aguardado con viva ansiedad. En opinión
de los árabes su construcción databa sólo de cincuenta y seis años después de la fundación
de Fostat. — En cuanto al puente de barcas, hace mucho tiempo que se halla destruido;
de manera que el que quiere visitar el monumento y la isla dentro de la cual se levanta,
no tiene más remedio que atravesar en lancha el estrecho brazo del rio. Desembárcase en
medio de un gran jardín bastante descuidado, perteneciente al heredero de Hasan-Bajá,
Y algo más adelante en el comedio de la isla levántase una soberbia quinta de estilo turco,
que en la parte que no cae sobre el Nilo circuyen frondosos parrales, naranjos, limoneros,
rosales, jazmines y otras muchas plantas, cuyos perfumes llenan la atmósfera, siendo su
El mekias o mlomet.ro hallase situado en un aposento cu\o techo
verdor encanto de los ojos.
sostienen ligeras columnas de madera, con el cual se ha sustituido el edificio que se destruyó
á fines del siglo anterior. El pilar, que tiene ocho caras, hállase sujetado en su parte
superior por medio de un poste sobre el cual se ve la antigua escala de las medidas acabes,
siendo de obra de albañilería el estanque ó alberca cuadrangular en cuyo centro se levanta,
v hallándose en comunicación directa con el rio, por medio de un canal subterráneo.
En las paredes de la sala del mekias existen pequeñas hornacinas, adornadas con co-
lumnillas angulares, sumamente sencillas, sobre las cuales apean pequeños arcos rebajados,
que habían sido ya modificados á principios del siglo octavo. Entre las inscripciones cúficas
que han llegado hasta nosotros, son las más notables las de Mamun, hijo de Arun-er-
Raschid, el amigo de las ciencias, á quien se debe la reedificación del mekias, que había
sufrido grandes desperfectos en el año 814 después de Jesucristo; pero la restauración mas
importante y más frecuentemente mencionada es la que llevó á cabo el califa Mutanakkil,
á la cual debe el nilómetro el nombre que lleva de «nuevo mekias.»