Page 71 - El judío internacional
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herederos suelen estigmatizar con el epíteto de "antisemitas", dedujeron sus conclusiones no de las
observaciones hechas en Europa, sino del rápido y bien visible desarrollo de los asuntos
norteamericanos.
Están en Norteamérica el centro de energías judío y los cabezas principales de su programa
mundial. La gran palanca, cuyo poder actuó sobre la conferencia de paz de Versalles, para mejor
reforzar el predominio judío sobre Europa, fue la potencialidad de los estados unidos, únicamente
utilizada para apoyar la ya existente presión hebrea en Europa. Más esta combinación de fuerzas
no concluye con la conferencia de Versalles.
El método íntegro de los protocolos puede resumirse en esta sola palabra: "descomposición".
Destrucción de todo lo hecho, creación de un interregno prolongado y desesperado, durante el cual
suprime ese todo intento de renovación; un cansancio paulatino de la opinión y de las esperanzas
colectivas hasta que aquellos que se mantuvieron fuera del caos tiendan la mano para tomar el
poder: ¡ahí está el método!
Cuando se compara el juicio emitido en los Protocolos judíos sobre la naturaleza humana con la
afirmación hebrea de un cumplimiento ya adelantado del programa mundial, se destacan ciertos
puntos de esta propaganda destructiva, más no todos. Algunos detalles de estos métodos serán
tratados en el presente capitulo y en otros, otras intenciones de mayor alcance.
El primer ataque hebreo va dirigido contra las opiniones colectivas, es decir, contra grupos de
ideales, que a base de su innata coincidencia reúnen masas de seres humanos en una unidad
política, religiosa, social o de raza. Estas, a veces, se llaman "principios", y también "ideales". Pero
sea cual fuere su nombre, son invisibles lazos de unidad, son la fe común y la energía unificadora
en comunidad, basadas en la concordia y la lealtad.
Afirman los Protocolos que contra estas fuerzas espirituales se dirigió el primer ataque, y a ello
responde la propaganda hebrea en el mundo entero, tratando de alterar las opiniones colectivas.
"Alterar", propiamente dicho, nada significa en si de detestable ni de deshonroso. Consiste la gran
influencia de toda herejía, de toda protesta contra las ideas caducas, en el atractivo que ejercen
siempre las ideas nuevas en el pensamiento y en la voluntad. La explicación de la razón por la cual
arraigan en nuestra época estas ideas fundamentalmente falsas, radica en el hecho de que las
verdades ficticias suelen presentarse apodícticas, rectilíneas, entusiasmando a las gentes, y
pareciendo buenas y veraces. Al actuar estos falsos ideales durante largo tiempo, se va
descubriendo paulatinamente su falsedad en forma de hechos y circunstancias destructoras y
desmoralizadoras. Aquel que estudie el desarrollo de la idea de libertad, tal como manifestóse en la
historia de Rusia, desde su punto filosófico de origen (creado también por un judío) hasta su final
actual (también por un judío), podrá darse cuenta cabal de este proceso.
Aseveran los Protocolos que les es imposible a los no-judíos descubrir sus intenciones, pues las
ideas seductoras se lanzaron tan consciente y persistentemente entre ellos, que se destruyo su
facultad intelectual casi por completo. Por suerte cada no-judío esta perfectamente en condiciones
de comprobar en sí mismo, la certeza de tal aserto. Cuando reflexione seriamente sobre las ideas
que predominan en él y en especial sobre las que giran en torno del centro de gravitación
denominado "democracia", advertirá que su intelecto se halla dominado por innumerables
ideologías, de cuyo origen o de cuyo valor intrínseco nunca se dio cuenta exacta. Cuando siga
reflexionando sobre estas ideas y halle que son irrealizables, probablemente dirá que "todavía
estamos un tanto atrasados en nuestro desarrollo o evolución de progreso". Mas si observa la
forma y manera como otros mas adelantados realizan prácticamente esas ideas, se asustara en
extremo. Lo que se llama allí "progreso", resulta en realidad un retroceso, o sea una forma
determinada de la descomposición. Y, no obstante todo esto, cada idea en si misma era "buena,
racional, excelente y humanitaria". Avanzando un poco más, advertirá el no-judío que estas ideas
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