Page 25 - PROG. ESCUELA PARA PADRES SLIM JESUS DE MACHACA
P. 25
PROGRAMA “ESCUELA PARA PADRES” PARA EL SLIM DE JESUS DE MACHACA PARA
PREVEER LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
convirtiéndolos en personas inútiles; pero tampoco debemos esperar que ellos cumplan nuestros
deseos y terminen con nuestras frustraciones. No tenemos derecho a exigirles que lleven a cabo
nuestras aspiraciones, usarlos para desahogarnos o escaparnos de nuestros problemas personales.
Todos los padres desean una buena educación para sus hijos, incluso hablan de buscar”LA MEJOR
EDUCACIÓN” para ellos. ¿Qué significa esto?
¿Será el hecho de darles una buena educación primaria, secundaria, universitaria y una carrera
brillante? ¿Se confiarían los padres con que sus hijos fueran brillantes en las calificaciones que
obtengan en la escuela?
A continuación el expositor narra el siguiente ejemplo:
“Un estudiante brillante en su camino hacia la escuela donde cursaba la preparatoria, ve una
pelota tirada en el piso, la patea y sin querer rompe la ventana de una casa. En lugar de pedir
disculpas y enmendar su error, corre”.
A continuación, el facilitador procede a preguntar a los participantes qué opinan del caso:
Se hace una lluvia de ideas, se pueden anotar en el pizarrón y al final concluye:
Ni todas las menciones de honor, ni las mejores calificaciones que este estudiante ha acumulado en
su vida, dan fundamentos para pensar que es un muchacho “bien educado”
Ninguna universidad o escuela incluye en sus planes de estudio “EL ARTE DE SER FELICES” o la
materia “ AYUDA A TU PRÓJIMO”, etc. Estas pueden ser grandes omisiones de la educación
institucionalizada. Son los padres los que deben cubrir esa necesidad.
Si la educación consiste esencialmente en la formación del hombre, buscando desarrollar, ejercitar
y fortalecer sus potencialidades físicas, intelectuales, afectivas, espirituales y sociales, una buena
educación debe desarrollarlas al máximo, creando condiciones óptimas dentro de la institución y
proponiendo estrategias para que en el núcleo familiar se desarrollen los valores y las convicciones
que permitirán que sean adultos equilibrados, congruentes, maduros, es decir íntegros y productivos.
Los padres son los encargados de encaminar a sus hijos hacia esta meta ayudándolos a ser
todo lo que sean capaces de ser.
pág. 21