Page 94 - PROG. ESCUELA PARA PADRES SLIM JESUS DE MACHACA
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PROGRAMA “ESCUELA PARA PADRES” PARA EL SLIM DE JESUS DE MACHACA PARA
PREVEER LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Domesticadores
Devaluantes
Nulificantes
Incongruentes
Yo soy
7. REFLEXION: “COMPARTIENDO UN SECRETO”
Querido hijo (a):
Un feliz día, tu papá y yo nos unimos en matrimonio... nos unió el amor y el deseo de ser felices.
Teníamos toda la vida por delante para cumplir con la consigna divina de “Creced y Multiplicaos”
y vaya que nos comprometimos. Cuando nuestro gran amor se vio bendecido con tu nacimiento
asumimos la responsabilidad de cuidarte para que crecieras fuerte y sano, educarte para que
pudieras convivir en familia y en la sociedad de la que formarías parte, guiarte por el camino de la
sabiduría y fortalecerte en la espiritualidad: nos dimos completamente a ti... sin esperar recibir nada
a cambio “Ese es el gran amor... el que ama... da la vida por los demás” y nosotros así lo hemos
hecho.
El tiempo pasa... has crecido y crees que me has alcanzado e inclusive que sabes más que yo, que
tienes más habilidades, que puedes dominar todas las circunstancias que se te presentan,
porque tienes la audacia de la adolescencia impetuosa, que pretende olvidar convicciones y valores
pero hijo (a) mío (a), ésta es una etapa pasajera en la que mi paciencia ha debido agigantarse para
esperar a que tengas nuevamente la docilidad que sólo da la experiencia del joven centrado.
Cuantas veces hemos discutido porque aparentemente estoy atrasada, fuera de época o porque
lo que te digo ya no se usa... sin embargo, el hecho de haber tenido que tomar las decisiones que mi
corazón y entendimiento me dictaban, era para protegerte y permitirte que crecieras un poco más...
quizá no físicamente ya que desde hacía tiempo eras más grande y fuerte que yo, sino en tu
entendimiento, en el poder de reflexión y análisis de las situaciones problemáticas, que fuera de
nuestro hogar te toca vivir.
Hijito... muchas veces te detuve... pero era por el temor a que fueras a lastimar a otros o a lastimarte
tú mismo... Afortunadamente el tiempo pasó y tuviste la confianza aunque a veces arrebatada, a tus
deseos de correr, fuiste dócil y esperaste a estar bien armado para enfrentar los retos que fuera del
núcleo familiar encontrarías... Fueron muchas rabietas y enojos pero hoy que te presentas con tus
triunfos en la mano... rápidamente han pasado por mi mente todos aquellos momentos en los que sólo
la fuerza de voluntad no me permitió flaquear y que te salieras con la tuya.
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