Page 90 - PROG. ESCUELA PARA PADRES SLIM JESUS DE MACHACA
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PROGRAMA “ESCUELA PARA PADRES” PARA EL SLIM DE JESUS DE MACHACA PARA
PREVEER LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
3. Padres violentos:
Actitud fundamental: incontrolable agresividad destructiva.
Son “padres de mal carácter” (porque en su infancia fueron niños difíciles) Tal vez hayan
vivido su niñez y adolescencia bajo el signo del terror, sometidos a la tiranía de unos padres
despóticos y autoritarios.
Las modalidades de la conducta violenta presentan una gama muy amplia que va desde el
empleo de la fuerza física hasta los abusos deshonestos, pasando por la agresión psíquica y las
desatenciones materiales.
Las consecuencias negativas son evidentes: generan en los hijos muchos sentimientos
contradictorios: fuertes sentimientos de rebeldía y hostilidad, a la vez que sentimientos de culpa
por haber “provocado” las iras del padre o de la madre.
Se sienten culpables y dolidos ante la actuación de sus padres, pero siguen deseando su amor.
El retraimiento en que se encierran los priva de tener amigos, a pesar de la necesidad que
sienten de ellos.
4. Padres legalistas:
Actitud fundamental: el culto a la norma.
Para ellos educar consiste en someter a los hijos a una serie de normas preestablecidas
que deben acatarse “porque sí”, sumisa y reverencialmente.
Buscan la seguridad en la norma y lo irracional de su actitud hace que obedezcan la
norma como un tabú, de manera mágica.
De este modo, provocan en los hijos actitudes decididamente conformistas, signo evidente de
mentalidad defensiva y poco adaptativa a las circunstancias cambiantes.
No toman en cuenta que mientras la norma sea algo impuesto, carece de fuerza en el terreno
educativo y sólo cuando sea asumida por el hijo desde su libertad, logrará su verdadero valor.
En este punto, el asesor puede dar pie a algunas preguntas de los participantes sobre lo visto hasta
ahora.
5. Padres permisivos:
Actitud fundamental: desinterés por la educación de los hijos.
No corrigen a sus hijos cuando transgreden las normas más elementales
De educación y convivencia; no se inmutan cuando obran mal ni se alegran cuando se portan
bien; les permiten que hagan lo que quieran con tal de no complicarse la vida.
En ocasiones, manifiestan una evidente falta de carácter que le lleva a confundir la
benevolencia con debilidad y ceden ante los caprichos y exigencias de los hijos. En el
fondo, rechazan su papel de padres y como justificación tratan de convertirse en “amigos” o
“camaradas” de sus hijos.
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