Page 118 - Fantasmas
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uando se puso el sol, pero aún había luz en el cielo,
: Francis volvió a casa. No tenía otro sitio adonde ir y
haha terriblemente hambriento. Eric era otra posibilidad, cla-
ro, pero para llegar hasta su domicilio tendría que cruzar va-
rias calles y sus alas no le permitían volar tan alto como para
no ser visto. Estuvo agazapado largo rato en la maleza que bor-
deaba el estacionamiento de la gasolinera. Los surtidores esta-
ban desconectados y las persianas de la oficina delantera baja-
das. Su padre nunca había cerrado tan temprano. En este
extremo de Estrella Avenue, el silencio era total y excepto al-
gún camión que pasaba de vez en cuando no había señales de
movimiento ni de vida. Se preguntó si su padre estaría en casa,
aunque era incapaz de imaginar otra posibilidad. Buddy Kay
no tenía otro sitio al que ir.
Cruzó mareado y tambaleándose la gravilla hasta la mos-
quitera de la puerta de entrada. Después se irguió sobre las pa-
tas traseras y miró hacia el cuarto de estar. Lo que vio allí era
tan poco habitual que lo desorientó y debilitó, haciéndole per-
der el equilibrio. Su padre estaba tumbado en el sofá, de costa-
do, y con la cara hundida en el pecho de Ella. Parecía dormir.
Ella le tenía sujeto por los hombros y entrelazaba sus dedos
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