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                                    29www.i-am-magazine.comDurante siglos nos han ense%u00f1ado a temerle alo que nuestro cuerpo produce: las hormonas.Nos han hecho creer que la menopausia es unfantasma hormonal, un monstruo invisible. Poreso, nuestras madres y abuelas vivieron esta faseen la oscuridad del silencio, entre mitos yresignaci%u00f3n, sin comprender los cambios en sucuerpo, su mente o sus emociones.Por suerte, la historia est%u00e1 cambiando, gracias altrabajo de mujeres empoderadas en la ciencia,los medios y los movimientos feministas, hoyestamos hablando abiertamente de esta etapa.Se han publicado libros, p%u00f3dcast, documentales yestudios que abordan esta fase con seriedad yhumanidad. Sin embargo, el camino es largo: haymucho por investigar, por educar, por visibilizar.La falta de informaci%u00f3n, el sesgo de g%u00e9nero en lamedicina y los estereotipos nos han llevado a verla (peri)menopausia como una enfermedad quehay que curar. Pero nada es m%u00e1s lejano a larealidad, pues se trata de una transici%u00f3n natural,una disminuci%u00f3n gradual de la actividad ov%u00e1rica,que impacta profundamente nuestro sistemanervioso y emocional. Las hormonas no soloregulan la fertilidad, tambi%u00e9n son claves para elcerebro, el estado de %u00e1nimo, la memoria, el sue%u00f1oy hasta la libido.Este yo-yo hormonal hace que aparezcan variasmanifestaciones, entre las m%u00e1s conocidas est%u00e1nlos bochornos, el aumento de peso, el insomnio yla irritabilidad, pero estos son solo la punta deliceberg. Hay mucho m%u00e1s detr%u00e1s del fin de lamenstruaci%u00f3n, muchas mujeres experimentamosuna desconexi%u00f3n emocional, una sensaci%u00f3n de noreconocernos en el cuerpo que habitamos, unafatiga que no se quita con dormir.Y como si eso fuera poco, a diario nosenfrentamos cada d%u00eda a una emboscada demensajes anti-aging: cremas, dietas,intervenciones quir%u00fargicas, filtros de Instagram%u2026Todo dise%u00f1ado para ocultar lo evidente: el pasodel tiempo, pues vivimos en un mundoobsesionado con la juventud eterna.Pero dejar de menstruar no es el fin de nuestraproductividad y nuestro valor en la sociedad, nose%u00f1or, esta fase es una liberaci%u00f3n. Para muchasmujeres, es un reencuentro con la esencia, unmomento de introspecci%u00f3n, de sabidur%u00eda, deasertividad, muchas lo experimentamos como unnuevo comienzo.La menopausia es universal, a la mayor%u00eda nosllega entre los 45 y los 55 a%u00f1os. Y repito: somosun bill%u00f3n de mujeres en el mundoexperiment%u00e1ndola, por eso es urgente crear unacultura m%u00e1s abierta, m%u00e1s honesta, m%u00e1s positiva alrespecto.Con esta columna, quiero invitarte a ser amablecontigo misma, a priorizar tu autocuidado, aregistrar tus manifestaciones. Quiero inspirarte ano tener miedo de apoyarte en tus amigas, en tucomunidad, recuerda que esta etapa no es parasufrir, ni para vivirla en soledad y silencio.
                                
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