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480 tráfico del mineral, del ahorro en los departamentos directivos y
481 administrativos y de captar mercados extranjeros.
482 “Más que eso, les dijo a los bucaneros dónde yacían los errores de su piratería
483 habitual. Sus objetivos, infirió, habían sido crear monopolios, aumentar
484 precios y atribuirse grandes dividendos por el privilegio. Schwab condenó el
485 sistema de la manera más sincera. La poca visión de tal política dijo a sus
486 oyentes, yacía en el hecho de que restringía el mercado en una era en la que
487 todo pedía expandirse. Con la rebaja del costo del acero, argumentó, se crearía
488 un mercado que siempre estaría en expansión; se idearían más usos del acero y
489 se capturaría una porción considerable del comercio mundial. De hecho,
490 aunque no lo sabía, Schwab fue un apóstol de la moderna producción en
491 masa”.
492 “Así llegó a su fin la cena en el University Club. Morgan se fue a casa a
493 reflexionar sobre las optimistas predicciones de Schwab. Schwab volvió a
494 Pittsburgh a dirigir el negocio siderúrgico para “Wee Andrew Carnegie”,
495 mientras que Gary y el resto volvieron a sus teletipos a especular, anticipando
496 la siguiente maniobra”.
497 “No trascurrió mucho tiempo. Morgan tardó aproximadamente una semana en
498 digerir el festín de motivos que Schwab le había planteado. Cuando se hubo
499 asegurado de que no iba a sufrir ninguna indigestión financiera, llamó a
500 Schwab y se encontró a un joven más bien tímido. Al señor Carnegie, Schwab
501 le dijo que quizás no le agradaría mucho descubrir que el presidente de su
502 conglomerado de empresas ha estado coqueteando con el Emperador de Wall
503 Street, lugar que Carnegie había resuelto no pisar jamás”.
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