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Por otro lado, es necesario precisar que recoger y seleccionar información sobre los avances exige una
reflexión previa sobre los instrumentos que mejor se adecúan a la naturaleza de las actividades. Estos
deben cumplir algunos requisitos: Ser variados, ofrecer información concreta sobre lo que se pretende
monitorear, utilizar distintos códigos de modo que se adecúen a los estilos de aprendizaje de los alumnos
(orales, verbales, escritos, gráficos, etc.), que se puedan aplicar a situaciones propias de la actividad en
curso; y también funcionales, que permitan la transferencia y faciliten la calidad de la retroalimentación.
Algunos instrumentos pueden ser: lista de cotejo, pruebas breves de desarrollo, registros, cuestionarios,
escalas de valoración, etc.
Revisión de tareas
La enseñanza en clase debe ocupar a los estudiantes en actividades de aprendizaje (o tareas), las cuales
deben estar lo más directamente relacionadas con productos reales que evidencien el aprendizaje
esperado de la sesión. Si queremos que los estudiantes sean capaces de leer libros, periódicos y poemas,
ellos deben en realidad hacerlo con las consignas e indicaciones claras, sean escritas u orales, de parte del
docente; en ese sentido, es conveniente brindar espacios para comprobar que realmente se
comprendieron (a través de preguntas y repreguntas dirigidas).
A la vez, para que el docente haga el monitoreo de esas tareas es recomendable primero leer o escuchar
el trabajo de comienzo a fin sin comentar los errores. La idea es generar una apreciación global antes de
decidir el área o tópico prioritario para entregar la posterior retroalimentación.
Algunas tareas pueden ser: resúmenes, cuadernos de clase, resolución de ejercicios y problemas, pruebas
orales, motrices, plásticas, musicales, etc.
Recorriendo los grupos
Una estrategia importante dentro del desarrollo de las sesiones de aprendizaje está referida a las
actividades en grupo; para estas, el docente organiza a los estudiantes para compartir el desarrollo de
tareas relacionadas con el propósito de la sesión. La estrategia no tendría valor por sí misma si el docente
no implementa acciones para el recojo de información sobre el avance y/o dificultades que experimentan
los grupos. Para ello, es recomendable el desplazamiento del docente por todos los grupos, dosificando
el mayor tiempo para aquellos grupos que evidencien mayores dificultades. Es necesario que el docente
agudice su capacidad de observación y uso pertinente de las preguntas; asimismo, que apoye su
observación con algún instrumento que permita registrar la información que se usará en la
retroalimentación.
En ese sentido, se requiere de un profesor concebido como un “trabajador del conocimiento” (Marcelo,
2001), centrado en el aprendizaje y en la enseñanza, diseñador de ambientes de aprendizaje, con
capacidad para optimizar los diferentes espacios en donde este se produce, atendiendo particularmente
la organización y disposición de las actividades de aprendizaje, con un seguimiento permanente de los
estudiantes de manera individual, pero sin descuidar el trabajo grupal.
b. El docente es receptivo a las preguntas o solicitudes de apoyo pedagógico de los estudiantes
El que los estudiantes aprendan a formular buenas preguntas durante la sesión debe ser una prioridad
para los docentes. Un primer paso en ese sentido consiste en no matar la curiosidad de los niños cuando
están en la edad “en que todo lo quieren saber”. La curiosidad intelectual es una cualidad innata del ser
humano que se activa cuando encontramos espacios vacíos de información. Es entonces cuando se genera
la motivación para formular las preguntas que permitan abrir un camino hacia la adquisición de la
información que posibilite llenar ese vacío. En tal sentido, es crucial evitar frases como “¡Ya deja la
preguntar!” “¿Es que usted no se cansa de preguntar?” “¡Eso fue lo mismo que me preguntó ayer!”.
En ese sentido, durante la sesión un docente es receptivo cuando acoge las diversas inquietudes que
surjan de los estudiantes considerando que:
Las preguntas se relacionen con el propósito de la sesión.
Pueden ser conocimientos previos (básicos o tratados anteriormente).
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