Page 9 - 4 : El gran desafío
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Prólogo
Empecé mi rutina semanal como habitualmente hago. Desde hace ya cuatro años
que mis mañanas son iguales. Me levanto, me cepillo los dientes, y chequeo mis mails
mientras desayuno. Pero esta vez algo cambió. No me refiero a un cambio en el orden
de los acontecimientos, sino que algo cambió verdaderamente; un cambio cualitativo
que hará que esta fecha no la olvide jamás.
Todo comenzó el 7 de abril de 1998. Había comenzado el año enviando centenares
de currículums y haciendo entrevistas aplicando a varios puestos de trabajo que
solicitaban un comunicador social, mi reciente carrera de grado, en la que obtuve muy
buen promedio y exhaustivos conocimientos de la materia, pero muy poca experiencia
práctica. Para mi sorpresa, el 12 de abril, mi casilla de coreo electrónico, entre todos los
mails promocionando productos y las facturas próximas a pagar, tenía un mensaje fuera
de lo habitual. Un inesperado mail me citaba para una tercera entrevista, la cual sería
definitoria, para lograr el puesto de Gerente de Programación de un canal de aire muy
importante.
Automáticamente se me puso la piel de gallina. Mi primera reacción fue hacer un
baile particularmente espástico de alegría. En un segundo momento, a medida que caía
en la realidad, la sonrisa se iba borrando de a poco. Ya era una mezcla de alegría y
miedo la que sentía al ver tan posible la concreción de mi sueño luego de tanto estudio.
Los interrogantes invadían mi cabeza: ¿Estaba yo realmente capacitada para desarrollar
una tarea de semejante magnitud? ¿Y si lo hago mal? ¿Y si no soy elegida?
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