Page 8 - poemario de wilver oswaldo
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Aquella que ensombrece la verdad                    Con carne en la cara
                             Es la siesta del oportunista                    Engulle su retazo  perfecto
                             Es el galpón del comodón.                        Sin tener piedad de nada.
                                                                                                                Cuantos lustros de esperanza
                           Aquel que trafica, con el hambre                   Cuanto verbo de falacias
                                 Del hombre…                                 Mientras el pueblo soporta
                          Aquel que tergiversa el ideal perdido                   Su desgracia
                             Ese que se viste de  cordero                    Ellos que ríen, a mandíbula
                          Que cubriéndose de lana de carnero                  Batiente…sacudiéndose
                           Despelleja, sus viles pretensiones.                   El perfume caro
                                                                           O coordinado donde encontrarse
                                                                                   De nuevo.

                             Mientras el lobo del hombre
                                                           Sátrapa
                                                                                La horca te espera
                          Estirpe de laera, gusano  de mierda                 Como sátrapa viviente
                               Llegaste a este mundo                            Dejaste sin sueños
                            Cual la serpiente, que arrastra                     Que culpa…cantuta
                               Como saliste  de fuego                          Que puta…que madre
                                 A él, te condeno                             Te trajo a este mundo.
                               En muros de justicia
                              Tus pecados no alcanzan.
                                                                                Y en bancos altos
                            Te cubriste con verbo de oreja                       La vida arrasada
                                Con lana  de pobre                              Festín de la muerte
                                Comiste en bandeja                              Así…tú te acabas.
                                Como vieja ramera
                               Los dientes de fiero
                            Cual lobo cosido por dentro.

                               La sangre…es tu vino
                                                        Infierno terrenal

                           He pisado las puertas del infierno                 Y, el cebo impregnado
                                Donde los lumbres                              A puerta del infierno
                              Se bañan a fuego lento.                         Los muertos no hablan
                                                                               Se escuchan sus gritos
                              Estando sus ropas raídas                         Sus chorros lamentos.
                               Sus almas quebradas
                                Sus cuerpos inertes
                               Sus manos dolientes                             En medio del polvo
                                                                                El hombre se pudre
                              Este es el eslabón perdido                        La celda se oxida
                              Entre la razón y la locura                       Las llagas que drenan
                               Entre la gloria buscada                          el diablo que baila.
                              Entre despojos perdidos
                                Las mallas curtidas                        Pobre del hombre…ay de la bestia
                              De intentos frustrados.                   Los dos condenados…en un mismo fuego.

                                                           Quiero

                             En esta coartada de la vida                      Quisiera que mis lagrimas
                              Cuantas paredes escribo                        Se convirtieran en piedras
                               Dentro de mi delirio                         Para verlas rodar por siempre
                               Pateando los tachos                            Sentarme con los  míos
                               Golpeando mis puños                            Rezar el padre nuestro
                                En muros presidio                               Prender la cocina
                               Con paños calientes                             Calentar mi comida
                               Al costado mi perro.                             Cambiarme de ropa
                                                                                Echar un suspiro
                             Quiero comenzar, de nuevo                          Abrir mi ventana
                              Que mis obras renazcan                          Y llorar, como un niño.
                                Desde el encierro
                               Que mi esposa sarita                        ¡Quiero tantas cosas…dios mío!
                               Perdone mis pecados
                               Que mi madre colonia
                               Jamás se sienta sola

                                                         ¡Vicisitudes!
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