Page 28 - CUENTOS QUE CURAN
P. 28

En el umbral de la puerta apenas se dibuja la figura de Luis,

        su hijo mayor que la contempla a través de la bruma que
        empaña su mirada.


        Sin moverse, Blanca presiente su  partida, la tan  temida  y

        por años esperada.

        Luis permanece callado y con un gesto ambiguo se aparta

        de la puerta y lentamente se acerca.  Blanca se pone de pie
        y  lo  recibe  con  sus  brazos  abiertos.  Todo  sucede  tan  de

        prisa, que le cuesta sostener el cuerpo lánguido de su hijo
        que se resbala  y los  dos caen al suelo junto a la cómoda de

        madera lustrada.

        Al sentir el golpe en su cabeza, Blanca cree que finalmente

        todo  para  ella  ha  terminado.  Sin  embargo,  descubre  con
        asombro  que  su  respiración  no  la  ha  abandonado  y  se

        puede mover  hacia el costado.  A pesar de su aturdimiento
        logra ver que Luis está inmóvil a su lado.





                                         28
   23   24   25   26   27   28   29   30   31   32   33