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Águila Blanca

           349.  Al  instante, Este el cual  había estado  hablándome
           detrás de mí, vino  delante de mí.  Era el Ángel del Señor.
           Tenía  sus  brazos  cruzados.  Vio  hacia  mí.  Él  dijo:
           ―Exactamente lo que te dije que no hicieras‖ Yo dije: ―Sí, es
           correcto‖.  Él  dijo:  ―Mira,  el  primer  jalón  fue  cuando  tú
           ponías  tu  mano  sobre  la  gente  y  les  decías  que  era  su
           aflicción‖.  Él dijo, ―El segundo jalón fue cuando tú sabías
           los   secretos del corazón   como yo te dije‖.    Él dijo:  ―En
           lugar  de  guardarlo  en  ti,  quisiste  explicar  todo  de  ello  y
           decirle  a  la  gente,  y  cuando  lo  hiciste‖,  Él  dijo,  ―Tú    no
           sabrás  nada  de  ello  tú  mismo,  ¿y  cómo  podías  explicarlo?
           Has  causado  un  bollo  de  personificaciones  carnales  que
           suben, y tú vez lo que has hecho‖. Yo dije: ―Señor, lo siento.
           O, lo siento mucho que no se que hacer‖. Estaba jalando el
           cordel (62) así de este modo, y estaba queriendo enderezar  la
           cuerda; Él  me vio a mí y dijo, ―Ahora no enredes tu cordel
           en estas clases de  tiempos‖.   Yo pensé, ―Tal vez Él me de
           otra  oportunidad‖.  Y  yo  dije,  ―Yo  seguramente  tendré
           cuidado‖, y estaba   enrollando  el cordel para adentro y vi
           que  fue tomado todo bien;  y    luego cuando Él  dijo eso, al
           instante  me sentí ir mas alto, mu-u-u-uy  arriba. [VISIONES Y
           PROFECÍAS páginas 9, 10, 14, 15, 16, 17. Predicado el 8 de Abril de
           1956, en Chicago, Illinois, E.U.A]

           350.  ¡Miren!  Ahora,  ¿Cuántos  estaban  aquí  cuando  yo
           prediqué  ese  mensaje?  Yo  dije  que  cuando  yo  estaba
           midiendo  la  Nueva  Jerusalén  (63),  que  va  a  tener  mil
           quinientas  millas  cuadradas.  Yo  dije  que  aproximadamente
           alcanzaría  desde  Maine  hasta  Florida,  y  seiscientas  millas
           [Novecientos  sesenta  y  cinco  kilómetros.  –  Traductor],  al
           oeste  del  Mississippi;  que  va  a  tener  mil  quinientas  millas
           cuadradas.  Yo  dije  que  la  Ciudad,  en  mi  opinión,  estará
           asentada en el mismo terreno en donde el profeta Abraham
           buscó esa Ciudad, cuando ya no existía el mar.

           (62) Ezequiel 40:3; Apocalipsis 11:1; 21; 15-17
           (63) Apocalipsis 11:1-2; 21:15-17

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