Page 368 - Águila Blanca_Neat
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La Gran Tribulacion

           1035.  Primera de Corintios 1:22, Pablo dijo: ―Por lo cual Él
           nos  ha sellado  por   medio de Su Espíritu Santo hasta el
           día…‖ Efesios 4:30, dice: ―No contristéis al Espíritu Santo‖,
           ese  es  el  Ángel    que  vino  sellándolos  sobre  su  frente.
           Ahora, eso no quiere decir que ustedes…Él toma y pone una
           mancha  allí;  su  frente  (166)  es  su  revelación,  ¿ven?,  y  su
           mano es lo que ustedes hacen al respecto. ¿Ven?, es  una
           marca    espiritual.  ¿Ven?  Él    no toma  un  gran  sello  y  los
           sella así. Oh, no.  Pero Él  marcó los Sellados. ¿Ven?  Ahora,
           ¿cómo fue el  primer sello, cómo era? Ellos fueron  llenos
           del  Espíritu Santo, eso es correcto, y sus obras  fueron  las
           obras de Cristo. Y en sus frentes, estaban sellados  por  la
           revelación  de que Él era el Hijo de Dios, y ellos estaban
           obrando con Él (la Deidad de Cristo), allí está la marca. [LAS
           DIEZ  VÍRGENES  Y  LOS  144,000,  de  la  Revelación  de  Jesucristo,
           página 416,  párrafos 250, 252. Predicado el 11 de diciembre de 1960,
           en el Tabernáculo Branham, en Jeffersonville, Indiana, E.U.A.]

           1036.  ¡Es la misma cosa con su Simiente! La promesa de
           Dios  es  el  sello,  para  aquellos  quienes  son  la  Simiente  de
           Abraham.  Y  cuando  nosotros  creemos  cada  Palabra
           prometida,  entonces  el  sello  se  nos  es  dado,  por  el  cual
           confirmar la promesa. Y la promesa que nosotros recibimos,
           el  sello, es el bautismo del Espíritu Santo. Eso es cierto.
           Porque  eso  es  Dios  en  forma  de  Espíritu,  usted  siendo  la
           Palabra de Él en usted, entonces Él entra.  Si usted recibe la
           Palabra  en    usted,  el  Espíritu  Santo  es  la  única  cosa  que
           puede hacer que eso viva, y entonces usted  tiene  la promesa
           de poseer la puerta de cada enemigo que trate de atacarlo a
           usted.  Eso  es  cierto.  Dios  lo  prometió,  y  así  es.  [EL
           PATRIARCA ABRAHAM, página 3, párrafo 23, 28. Predicado el 7
           de febrero de 1964, en Bakersfield, California, E.U.A. Impreso por el
           Tabernáculo el Olivo, México.]



           (166) Apocalipsis 14:9

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