Page 178 - Lascivia Noviembre 2017
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que tenía con estos señores, ellos no son todos abogados, el Sr. Price y el
Sr. Watherhouse son dueños de varios casinos de la ciudad, y tú sabes que
el juego es para mi mayor debilidad, aparte de mi hija y mi esposa.
-Pues la cosa es que me endeudé y puse como garantías esos inmuebles.
-Bueno – le dije – lo siento mucho, pero me imagino que con ello saldas-
te tu cuenta.
-Pues no del todo – me dijo – aún hay otro pago que tengo que hacer… -
diciendo esto saco un par de cristales y sirvió dos onzas de wiski en cada
uno. Apresuro el suyo y yo quede con el mío en la mano expectante.
-Veras, tengo que dejar que se follen a mi hija Mariza….
- Q ueee! – le dije – COMO VAS A PERMITIR ESO…- casi le grité.
Él ni se inmuto solo me hizo la señal de que me calmara – veras Gregorio,
hace un año que me enteré que mi hija es un “prepago”….
-¿una que? – le pregunte porque no le había entendido.
-Una PUTA pues…
Me quede de una pieza, esa nena de cabellos rubios que estaba arriba pla-
ticando de cosas de jovencitas con mi hija, era una prostituta! No lo podía
creer.
-¿Estás seguro? – le pregunte.
-Si lo estoy – me dijo sirviéndose otro trago – hace un año me encontra-
ba en una disco ya que mi mujer se había ido a Miami de compras, y uno
de los meseros me pregunto si deseaba compañía femenina, a lo que dije
que si, le di una buena propina y el me aseguro que en la noche llegaría mi
acompañante, luego me pregunto que categoría deseaba, ¿cuáles había? Le