Page 54 - Lascivia Noviembre 2017
P. 54

LA ESPOSA DE MI VECINO






                                                                   ES ADICTA AL SEXO



                    Hace un año decidí retirarme de mi trabajo asalariado y comencé una nue-

                  va etapa, abrir mi propia empresa en una ciudad de mediano tamaño, se me

                  dio la oportunidad de abrir una empresa de entregas y encomiendas, así que

                  invertí casi toda mi indemnización en ello.




                    También hace un año y medio conocimos a los nuevos vecinos él que lla-

                  mare Emiliano y ella que llamaré Esperanza. Ella es de mediana estatura,

                  ojos de color café claro, cabello castaño, de piel blanca, tiene unos senos pe-

                  queños pero muy paraditos y lo mejor su trasero es un corazón con bella

                  nalgas, se ve espectacular en pantalón y en minis es una ricura.




                    Como vecinos nos empezamos a frecuentar, es decir a juntarnos y planear

                  cenas e ir a bailar, había visto que Esperanza estaba muy enamorada de su

                  marido, por lo que nunca me atreví a decirle algo, pues se miraba muy correc-

                  ta y no del tipo que anda buscando aventuras. Yo estaba muy equivocado.



                    Siguiendo el relato, abrí mi empresa y salió en la conversación una noche


                  que cenábamos con los vecinos, en eso mi esposa comentó que yo nece-
                  sitaba una encargada de llevar el control de las encomiendas y paquetería,

                  pues me estaba quitando el tiempo, pues yo encargaba de la administración

                  en general, en eso yo vi que los vecinos, Emiliano y Esperanza, se vieron a

                  los ojos, él es Ingeniero en Sistemas y luego nos comentó que había ganado

                  una beca para especializarse en el extranjero, eran seis meses, pero no se

                  había decidido por no dejar a su esposa sola, entonces ellos habían pensado

                  en que ella trabajara para no estar sola en casa y que se mantuviera ocupa-

                  da, y que mejor que el empleo que nosotros teníamos, además era con per-

                  sonas amigas y conocidas como nosotros.




                    Esa noche casi que contraté a Esperanza, al menos pensaba yo en mi in-

                  terior ver un rostro bonito y cuerpo bonito todos los días no era una mala

                  idea. A la semana, Esperanza comenzó a trabajar conmigo en mi empresa.
   49   50   51   52   53   54   55   56   57   58   59