Page 174 - El Orinoco, ilustrado, y defendido, historia natural, civil, y geographica de este gran rio, y de sus caudalosas vertientes: govierno, usos, y costumbres de los Indios sus habitadores con nuevas, y utiles noticias de animales, arboles, frutos, aceytes, resinas, yervas, y raices medicinales
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Iéo EL ORINOCO ILUSTRADO,

                                   armas: para Tacarle , dcftman á los reos con¬

                                   denados á muerte , porque miran aquel ar-i

                                   bol como un cruelifsjmo verdugo: fí los con-<

                                   denados á efte fatal fnplicio efcapan la vida¿

                                   defpues de Tacar el veneno , quedan libres^

                                   y abfueltos de Tus delitos : por lo qual no

                                   omiten diligencia , ni preparativo , para ver

                                   íi podran falir con vida de aquella maniobra;

                                   fe viften , y reviften de mucha ropa : fobre

                                   olla añaden fajas , y mas fajas : para los

                                   ojos , y narices bufean todos los refguar-i


                                   dos , que pueden ; y aunque la faena es tan
                                    breve , que Te reduce á hacer un barreno en

                                    el tronco , encaxan un cañuto , y dexan una

                                    vafíja en donde Te recoge el licor , que va

                                    goteando ; con todo , no efcapan todos los

                                    deflinados á efie fnplicio. El licor , ó Tue¬

                                    co recogido , retiene con tal tenacidad Tu

                                    mortal veneno , que una vez untadas las pun¬

                                    tas de las flechas , puñales , y lanzas , re¬

                                    tiene en ellas ( aunque en tan corta cantidad)

                                    toda fu mortífera adividad por efpacio de

                                     veinte años , en tanto grado de eficacia , que

                                    recibida la herida , no da la menor tregua

                                    para echar mano de la triaca , ó contrayer-

                                    va.( Ti acafo la hay) En confirmación de lo

                                    qual , alega el citado Autor la experiencia

                                    hecha por los Europeos en la dicha Isla ; y

                                    fue afsi, que condenado á muerte un Isleño

                                    delínqueme , quífieron ver, fi por ventura

                                    tendría eficacia fu fíe i eme alguna délas mejo¬

                                     res Tricas; y afsi , confcguida licencia de

                                     los jueces , Te pufieron al uno , y otro lado

                                                                                                               ¿el-
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