Page 46 - El Orinoco, ilustrado, y defendido, historia natural, civil, y geographica de este gran rio, y de sus caudalosas vertientes: govierno, usos, y costumbres de los Indios sus habitadores con nuevas, y utiles noticias de animales, arboles, frutos, aceytes, resinas, yervas, y raices medicinales
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EL ORINOCO ILUSTRADO^


                               por fu interés , por fobrefalír , y fcr temK

                               dos del reílo del gentío , para que no les

                               nieguen cofa alguna de las que fe les antoja,

                               como realmente fucede ; y viven refpetadosy

                               atendidos , y con abundancia de todo lo

                               que en medio de fu gran pobreza fe puede

                               defear : á los tales , en unas Naciones lla¬

                              man Mojan , en otras Piache , en otras Alaba*

                               €j^í4>l , Se C• , • >

                                      De las maquinas fantafticas , con que

                              Aturden al vulgo ignorante , folQ contaré un

                               cafo , que fea indice de los muchos que

                               omito ; y fue afsi, que en una Selva , lla¬

                               mada Cajiabo, havia un Mojan muy afamado

                               entre los Indios , pero muy oculto á los Mif-

                               fioneros de todos aquellos Partidos : ( fu

                              nombre era Tulujay ^ que defpues fe convir¬

                               tió, y le pufe por nombre Carlos ; y a mi

                               ver, murió con muchas feñas de predefina-

                              do ) á fu efeueia concurrían Indios de todos

                              aquellos Paifes ; mas no todos aprendían, ni

                              fe fujetaban á fu enfeñanza , porque les cof-

                              taba .muy cara ; pues fuera de la paga com¬

                              petente , era tan rlgurofo el ayuno de qua-

                              renta días á que los obligaba, que pocos fe
                              atrevían á emprenderle; y de los que fe ani¬
        Por fu ínteres

        fingen algunos        maban , los mas dexaban al Maeftro , enfla¬
        Indios > que          quecidos de los ayunos : el que cumplia fu
        traían con el
                              fatal quarentena , preparado en ella con va¬
        demonio*
                              rias yervas , por ultimo tragaba , fin mafcar,

                              tres pildoras , del tamaño de una pepita de

                              guinda ; y le decía , que aquel antídoto era

                              contra todo genero de veneqo , y que ya
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