Page 51 - Punto de Fuga_2_Neat
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Las mañanas las pasa en soledad sentado acomodando
piezas de ajedrez en una mesita de Plaza Yrigoyen. Se lo
encuentra debajo de los árboles en verano sobre avenida 60 o
calentando su leve joroba con el tenue sol de invierno frente a
la pinturería y a la parada de colectivos.
En una bolsa de fieltro roído marrón, lleva los trebejos
de madera, ya gastados por el uso y el tiempo. No tiene todas
las piezas, solo un grupo de peones, un rey, una reina, dos
alfiles y dos torres.
En el tablero de hormigón, pareciera que trata de
encajar recuerdos sueltos y flojos como baldosas, torcidos o
descolgados como cuadros. Son imágenes aisladas, a veces
mudas, fragmentos de películas en sepia.
No elige un rompecabezas para armar. No busca unir
recortes del pasado o buscarles una coherencia en una
pegatina que resulte un paisaje o algo inteligible. En el ajedrez
encuentra algo movilizante. Estrategias y tácticas más allá de
las que cualquier ajedrecista podría hallar.
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