Page 89 - Punto de Fuga_2_Neat
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Dios le envió cuatro hijos y un marido que era un
santo.
Sabía que él la engañaba, que le era infiel. Pero ella
con sus 35 años aguantaba todo con un: "yastá".
Pensaba "Tengo marido e hijos. Yastá. ¿Qué más puedo
pedir?".
¿Ser feliz? Nah, no era una opción. Para ser feliz debía
cambiar toda su vida, sus retratos, su religión, sus creencias,
era mucho trabajo.
Ella era todo lo que debe ser una mujer a los 35 y
punto.
Pero a veces el Señor nos pone a prueba, decía ella. El
desafío que surgió fue que "El pan de Dios" llegando a sus 40
años, se pescó hepatitis b. Una enfermedad de transmisión
sexual o por contacto sanguíneo. Lo primero era lo más
probable.
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