Page 33 - Julito Cabello
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criado a mi mamá, a ella no se le oc u rria
otra person a para que la ay ud ara. Y si
hubiera t ra ído a otra ayudante, se habría
sentido podrida de mala, creo. Es q ue la
C lementina es algo asi como una "especie
protegida". Y en vías de extinción.
El as unto es q ue, lenta como es (y
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arrugada co mo si se hubiera bañado dos
ho ras en la piscina), la C lementina me
ca ía b ien . No sé por qué. A lo mejo r
porq ue era buena para reírse, au nque
a veces se reía sola y se me pa raban los
pelos. Lo que sí tenia cla ro es que si
mis papás apenas alcanzaban a atajar al
Beltrán , ella ni soñ arlo. Era yo o nad ie.
Po r eso, pensé, me iba a tocar har to
trabajo.
Ya era tarde y estaba calcu landa todas
estas cosas cuando me q uedé dormido. Y
cuando desperté todavía estaba oscuro.
Era un ruido insistente. Alguie n
tocaba el timbre.
Mis papás ya se hab ía n ido, súper
temprano, y la C le me ntina roncaba en
la pieza del Beltrán . En el velador tenia
un vaso lleno de agua co n una dentadura
postiza (los dientes no eran fi ludos por
si acaso, pero eso n o los hacia men os
asquerosos). Entonces fui a la pue rta y,
como tenía la obligación de ser adulto,
vi po r el hoyito an tes de abr ir. Si hu biera