Page 58 - Julito Cabello
P. 58
empezó a alegar. Y, d e improviso, se calló.
Se qued ó igual que el Beltrán con la grú a,
pero mira ndo a uno de los maestros, el
más viejo .
- Se1'1ora ... - volvió a decir, como pen-
sando o tratando de rebobinar- . Hoy
Jía voy a hacer porotos, creo. Y se rió.
57
Ese fue el co mie nzo del amor entre
C lementina y Escolástico (que era como
se lla maba el maestro).
Amo r prehistó rico, digo yo.
Todos se estaban volviendo locos en
la casa. ¿Se habrán intoxicado con algo?
¿Había algo en el agua? Estaba pensa ndo
que mi papá era el ún ico cuerdo, cuand o
apareció e n la cocin a.
-Buen as tardes, d o n Escolástico, b ue-
nas tardes, Justiniano -le d ijo al maestro
más joven-. ¿Cuán do va n a co menzar a
h ace r el hoyo?
Ah. Un hoyo.
- ¿Es un hoyo para enterrar al tío
Leo? - se me ocurrió preguntar.
Entonces vi que todos me miraban
como si yo fuera el loco. Q ué susto.
-No, Ju lito. Es para construir un a
bodega subterránea donde guardar mis
vi nos: una cava -respo ndió mi papá, q ue
estaba fé tido a algo picante y fermentado,
tal como babia pronosticado mi mamá.
(Esos no son "gajes" d el oficio, creo.
"
")
as
M ' b" te n so n gases .

