Page 60 - Julito Cabello
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Y lo que faltaba
Para termin ar con la locura gen eral,
entró Karla a la cocina. La Clementina ya
estaba hacie nd o un mo ntó n de hu evos
revueltos (nada de po rotos) y hasta
silbaba (como un velocirraptor, ja), los
maestros ya habian salido al patio, mi
papá se habia ido co n su o lo r a otra parte
(a escribir su crítica coreana) y mi ma má
estaba co n el Be ltrán mirando por la
ventana. Mi hermano chi co estaba co mo
loco, mientras el resto estaba loco de
verdad.
Entonces Karla, lentamente, p uso una
lata rara qu e andaba trayendo, al lado del
bonsá i. Era una lata vieja, co mo las que