Page 182 - El Hobbit
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Entonces Thorin se adelantó, quitó la llave de la cadena que le colgaba del
cuello, y la metió en el orificio. ¡Entraba y giraba! ¡Zas! El rayo desapareció, el
sol se ocultó, la luna se fue, y el anochecer se extendió por el cielo.
Entonces todos empujaron a la vez, y una parte de la pared rocosa cedió
lentamente. Unas grietas largas y rectas aparecieron y se ensancharon. Una
puerta de tres pies de ancho y cinco de alto asomó poco a poco, y sin un sonido
se movió hacia adentro. Parecía como si la oscuridad fluyese como un vapor del
agujero de la montaña, y una densa negrura, en la que nada podía verse, se
extendió ante la compañía: una boca que bostezaba y llevaba adentro y abajo.