Page 1198 - El Señor de los Anillos
P. 1198

rompe.  ¡Así!'  Y  le  asestó  a  Freca  un  golpe  tal  con  el  puño,  que  éste  cayó  de
      espaldas sin sentido, y al poco tiempo murió."Helm proclamó entonces al hijo de
      Freca y sus parientes, enemigos del rey; y ellos huyeron, porque Helm envió sin
      demora a muchos jinetes a las fronteras occidentales."
      Cuatro  años  más  tarde  (2758)  sobrevinieron  grandes  dificultades  en  Rohan,  y
      desde Gondor no era posible enviar ayuda alguna porque tres flotas de Corsarios
      la estaban atacando y había guerra en todas las costas. Al mismo tiempo Rohan
      era  invadida  otra  vez  desde  el  Este,  y  los  Dunlendinos  aprovecharon  la
      oportunidad  y  cruzaron  el  Isen  y  bajaron  desde  Isengard.  Pronto  se  supo  que
      Wulf  era  quien  los  conducía.  Eran  una  fuerza  poderosa,  pues  se  les  habían
      sumado enemigos de Gondor que habían desembarcado en las desembocaduras
      del Lefnui y el Isen.
        Los Rohirrim fueron derrotados y sus tierras invadidas; y los que no fueron
      muertos o esclavizados huyeron a los valles de las montañas. Helm fue expulsado
      con  grandes  bajas  desde  los  Cruces  del  Isen  y  se  refugió  en  Cuernavilla  y  el
      desfiladero que había detrás (que se conoció luego como el Abismo de Helm).
      Allí fue sitiado. Wulf tomó Edoras y se instaló en Meduseld llamándose rey. Allí
      cayó Haleth, hijo de Helm, último de todos, en defensa de las puertas.
        "Poco después empezó el Largo Invierno, y Rohan quedó bajo la nieve casi
      durante cinco meses (desde noviembre de 2758 hasta marzo de 2759). Tanto los
      Rohirrim como sus enemigos sufrieron grandemente a causa del frío, y también
      de  la  escasez,  que  duró  todavía  más.  En  el  Abismo  de  Helm  hubo  una  gran
      hambruna después de Yule; y desesperado, en contra del consejo del rey, Háma,
      el  hijo  menor,  condujo  un  grupo  de  hombres  en  una  incursión  en  busca  de
      alimentos, pero se perdieron en la nieve. Helm se volvió feroz y macilento por
      causa del hambre y la pena; pero el temor que despertaba valía tanto como la
      fuerza de muchos defensores. Salía solo, vestido de blanco, y entraba como un
      troll de las nieves en los campamentos del enemigo y mataba a muchos hombres
      con las manos desnudas. Se creía que no llevaba armas y que ninguna era capaz
      de  dañarlo.  Los  Dunlendinos  decían  que  si  no  encontraba  alimentos,  devoraba
      hombres. Esta historia se contó mucho tiempo en las Tierras Brunas. Helm tenía
      un gran cuerno, y no pasó mucho tiempo sin que se advirtiera que antes de una
      salida, soplaba en él, y que el eco del cuerno resonaba en el Abismo; y entonces
      las fuerzas enemigas sentían tanto miedo que en lugar de unirse para atraparlo o
      matarlo, huían descendiendo por el Valle.
        "Una noche los hombres oyeron que sonaba el cuerno, pero Helm no regresó.
      A la mañana brilló el sol, el primero en largos días, y vieron una figura blanca
      todavía erguida en la Empalizada, sola, porque ninguno de los Dunlendinos osaba
      acercársele. Allí estaba Helm, muerto como una piedra; pero no había doblado
      las rodillas. No obstante, los hombres dijeron que el cuerno se escuchaba aún de
   1193   1194   1195   1196   1197   1198   1199   1200   1201   1202   1203