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lucha en Siria".
A pesar de que, como explica Carter, la idea era que estos combatientes no se involucra- ran en la guerra civil siria, Assad era muy consciente de lo que los Estados Unidos pensaban de él. Luego, Car- ter entró y cambió el plan de apoyo estadounidense a las
Al armar y entrenar a grupos anti-Al Assad, la administra- ción Obama -y Carter perso- nalmente si realmente fue él quien provocó el cambio de estrategia- atrajo a Rusia al conflicto.
Según Bershidsky, Carter re- cuerda los persistentes es- fuerzos rusos por establecer
los Estados Unidos. Después, podría vincular a los Estados Unidos a la "inhumana" cam- paña rusa (múltiples víctimas civiles infligidas por la coali- ción dirigida por Estados Uni- dos). Finalmente -y creo Bershidsky que lo más impor- tante para la administración de Obama- "otorgaría inge- nuamente a Rusia un papel de liderazgo inmerecido en el Medio Oriente".
Las interacciones insatisfacto- rias con Rusia y la lucha de Carter para impedir que el Departamento de Estado de John Kerry haga un trato con Putin que implique coordina- ción militar en lugar de mera desconfianza, se describen en un capítulo sobre "spoilers y vedadores". Aparte de Rusia e Irán, entre ellos Tur- quía -que, según el ex-secre- tario, "causó las mayores complicaciones para la cam- paña" - y el vecindario árabe, los estados del Golfo, que, escribe Carter, y PR que de alguna manera nunca se tra- dujeron en acción de campo de batalla".
En resumen, los intereses es- tadounidenses no estaban claramente alineados con: Irak, Irán, Rusia, Turquía, el gobierno de Assad en Siria y los estados del Golfo. ¿Te- nían los Estados Unidos alia- dos entusiastas en absoluto?
El apoyo de Estados Unidos a los rebeldes anti-Assad (kur- dos) fue la principal razón por la que Turquía se convirtió de un aliado en un "spoiler". Pero al menos alguien quería realmente que los Estados Unidos estuvieran involucra- dos, si por razones que te- nían menos que ver con Daesh que con el sueño kurdo de un estado soberano. Ahora, los kurdos de Irak han votado a favor de la indepen-
América
dencia, justificando todos los recelos que Al Abadi tenía sobre la operación anti-Daesh de Estados Unidos.
Señala Bershidsky que en la lucha contra Daesh, los Esta- dos Unidos lograron pisar los dedos de todos en una región maltratada y de fusiones cor- tas que ya se mostraba rece- losa de la interferencia estadounidense después de las aventuras de Irak y Libia.
A su juico, el relato de Carter arroja luz sobre cómo sucedió eso, tanto como en la mecá- nica de derrotar a Daesh. Ex- plica por qué la paz en la región no será una realidad, incluso después que Daesh haya desaparecido: el propio Carter escribe que le preo- cupa "que la estabilización y los esfuerzos de gobernabili- dad de la comunidad interna- cional estén a la zaga de la campaña militar". El informe plantea también la cuestión de si se podría haber logrado una solución más duradera si Al Assad y sus aliados, por una parte, y Turquía, por otra, se hubieran dejado tratar el problema de Daesh sin inter- ferencia de los Estados Uni- dos.
Contrafácticos, sin embargo, son inútiles. La participación estadounidense sólo se ha in- tensificado después de que el gobierno de Obama se fue, y la estabilidad política en Siria e Irak es cada vez más eva- siva ya que las naciones del Medio Oriente y los grupos armados tratan de acostum- brarse al triángulo de los po- derosos estadounidenses / rusos / turcos. Carter puede con orgullo reclamar una parte en la creación de esa nueva configuración volátil.
formaciones paramilitares existentes. "Casi todos los verdaderos combatientes ya formaban parte de grupos ad hoc y todos querían combatir tanto a Assad como a Daesh", explica.
Fue después que Estados Unidos decidió que esto es- taba bien que Al Assad hizo su caso al presidente ruso Vladimir Putin. Lo que Putin vio fue la intervención esta- dounidense en la guerra civil, un intento de cambio de régi- men -algo con que se había opuesto vehementemente en Libia, incluso peleando con el entonces presidente Dmitri Medvedev, que había permi- tido que la interferencia occi- dental no fuese cuestionada.
un modelo de cooperación con los EE.UU.
"Desde ese primer momento, Rusia buscó asociarnos a no- sotros y a la campaña contra Daesh con lo que estaban ha- ciendo en Siria, constante- mente diciéndole al mundo su deseo de coordinar y coope- rar con nosotros, pidiendo compartir información de inte- ligencia e inteligencia ", escri- bió Carter.
Él rechazó estos avances por tres razones principales. En primer lugar, la coordinación con Rusia, que estaba estre- chamente unida a Irán en Siria, podría haber debilitado la decisión del primer ministro iraquí Al Abadi de trabajar con
Edición 742 Del 26 de octubre al 2 de noviembre del 2017
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