Page 11 - Edición 736 El Directorio latino
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prevención y curación de en- fermedades.
mayor. Cuando un niño se va a dormir sin ingerir los alimentos necesarios para su crecimiento es un día en riesgo, una res- tricción a su desarrollo intelec- tual y productivo. Es una situación que afecta el porvenir de millones de venezolanos.
—¿Cuál considera un plazo perentorio para atender estos problemas urgentes de salud? —Un gobierno que quiera mo- dificar esta situación debe ha- cerlo rápidamente. Por ejemplo, en inmunizaciones, Venezuela tiene uno de los más bajos índices de cober- tura en la región. El tiempo que abarca garantizar las va- cunas y preparar al personal capacitado para aplicarlas con
—¿Por qué los organismos in- ternacionales han sido pasivos en la exhortación para la ayuda humanitaria?
timo año de información oficial disponible, vemos que esta au- mentó 30%. Un reflejo de lo que está pasando en todo el sistema de salud en los últimos años ante la tendencia de res- tricciones en el sector público, así como el aumento de los costos y las pérdidas de cober- tura. Lo mismo ocurre con la mortalidad infantil, que se man- tuvo estancada durante ocho años –desde 2004 hasta 2012–, lo que indica una crisis en el sistema de salud pública no vista en ningún país de América Latina. Y si se analiza hasta 2016, veremos un au- mento en esos años de la mor- talidad por diarrea, neumonía, por falta de vacunas y por des- nutrición.
—¿Y las enfermedades endé- micas?
—En 1936 Venezuela era la única nación que sabía para qué era el DDT. Desde ese año hasta 1945 José Gabaldón y su equipo mapearon por pri- mera vez el país y descubrie- ron 20 especies de mosquitos, entre ellos el de la malaria. El primer pedido de DDT con fines no bélicos se hizo de una casa en Maracay (Aragua) y en Morón (Carabobo) está el mo- numento al zancudo que sim- boliza el primer rociamiento dentro de las viviendas. En
1962 hubo en el país 262 casos en todo el año, pero en 2016 se reportaron 684 casos todos los días en el país. Cada año se duplica el número, por eso se calcula que la malaria puede superar los 500.000 casos, lo que se traduce en la cifra más alta desde 1937 en Venezuela; este año será peor.
—¿Se puede colegir, frente a esta situación, que la salud no es prioridad para el gobierno? —Desde 2000 hasta 2014 el gasto del gobierno en salud quedó estancado y en esas condiciones han aumentado los requerimientos en servicios materno- infantiles, epidemias y enfermedades crónicas. Hay una gran brecha de atención y eso se expresa en esos indica- dores: aumento de mortalidad materna, de mortalidad infantil, enfermedades infecciosas, au- mento de enfermedades endé- micas, además de las enfermedades crónicas como la hipertensión y diabetes. Sa- bemos por la Encuesta de Condiciones de Vida que la mitad de la población no tiene el diagnóstico ni el tratamiento adecuado. En una sociedad moderna la salud debe ser ga- rantizada con recursos y capa- cidades por los gobiernos. Tenemos esta situación porque el Estado ha dejado de hacer
los equipos necesarios es de un año o máximo dos. Lo mismo pasa con la mortalidad materna: con equipos técnicos preparados, se pueden detec- tar rápidamente cuáles son las zonas del país donde viven las mujeres con riesgo de morir por causas relacionadas con embarazo y el parto. Yo calculo que con recursos adecuados, los equipos y el restableci- miento de relaciones con los gobiernos regionales y locales, el país podría entre uno y tres años alcanzar el éxito tem- prano para garantizar el sumi- nistro de medicamentos y alimentos, que son los princi- pales problemas críticos.
—En algunos casos los orga- nismos internacionales no tie- nen la incidencia necesaria, pero la responsabilidad abso- luta es del gobierno. La situa- ción de deterioro que se vive desde 1999 tiene que ver con la ausencia de políticas ade- cuadas en materia de salud.
—¿Qué pasa si el Estado no responde en ese plazo? —El deterioro será cada vez
—¿Quiere decir que el go- bierno se ha negado a actuar? —La situación no es nueva, pero se ha agravado en las úl- timas dos décadas años. Que en Venezuela 1 millón de niños no tengan qué comer es ina- ceptable. Vivimos las conse- cuencias de unas políticas de destrucción productiva y de es- tatizaciones. Si el gobierno no realiza acuerdos, no asigna re- cursos, no convoca mejores capacidades, no realiza medi- ciones, su responsabilidad es absoluta.
Edición 736 Del 14 al 20 de Septiembre del 2017
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Salud