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de enfermedades crónicas. También se han encontrado compuestos quinoideos (1-4-benzoquinona, 9-plastoquinona, 9-plastohidroquinona) y derivados fenílicos (ácidos feruloil-quínico y feruloil-shikímico).
ACCIONES
Nutritivas. La hierba de la cebada es considerada un superalimento por su poder nutricional, ya que sus hojas son recolectadas cuando tienen la mayor cantidad de proteínas, minerales y clorofila, lo que le con- fiere ser considerado como un alimento perfecto de la naturaleza.
Proporciona una fuente fácilmente utilizable de energía para mantener las funciones celulares, gracias a los azúcares que contiene (glucosa, fructosa, ribosa, ribulosa, xirulosa, eritrosa, sedoheptulosa, etc.), característicos de las plantas gramíneas de hoja verde.
Se caracteriza por contener ácidos grasos esenciales, como el ácido linoleico (omega-6) y el α-linolénico (omega-3), imprescindibles incorporarlos con la dieta, ya que son los precursores de importantes sustan- cias (prostaglandinas, tromboxanos, leucotrienos), que intervienen en múltiples procesos orgánicos. Des- empeñan un importante papel para el buen funcionamiento del sistema nervioso, en el control del aparato cardiovascular (hipocolesterolemiantes, hipotensores, etc.), así como para el buen estado de la piel.
El verde de cebada es muy rico en proteínas de bajo peso molecular, las cuales se caracterizan por su fá- cil asimilación, ya que son más disponibles al ataque de las proteasas. La calidad de una proteína guarda relación, con la concentración de aminoácidos esenciales que posee (necesitamos introducirlos a través de la alimentación). La cebada destaca por elevada concentración de aminoácidos esenciales, que se combinan con otros aminoácidos no esenciales, necesarios para la síntesis de proteínas corporales, que forman parte de la maquinaria metabólica (enzimas) y de otros componentes estructurales y funcionales de los tejidos y líquidos corporales. También contiene triptófano, que es el precursor diversas sustancias como la serotonina o la melatonina.
Dentro de las vitaminas, destacar que contiene provitamina A (caroteno), 6 veces más que las espinacas, y de vitamina C, 7 veces más que las naranjas, además de vitamina E y vitaminas del grupo B. Muchos de estos nutrientes forman parte de coenzimas que catalizan importantes reacciones bioquímicas, y es bien conocida la influencia positiva de estas sustancias en la prevención y mantenimiento de la salud.
Respecto a los minerales, incluye en su composición una concentración de potasio 25 veces superior a la del plátano, una cantidad de calcio 10 veces superior a la leche, y más hierro que las espinacas, además de magnesio, fósforo, zinc, manganeso, cobre, etc.
Actualmente, todavía son innumerables las personas que consumen una cantidad insuficiente de verdu- ras cada día. El verde de cebada puede paliar de forma simple y práctica esta laguna y cubrir o completar nuestras necesidades diarias.
Acción antioxidante. Durante los últimos años se han realizado múltiples estudios donde se ha des- cubierto que las hojas jóvenes de la cebada presentan una serie sustancias bioativas con una potente acción antioxidante. Observaron que, principalmente, su contenido en flavonoides y bioflavonoides, eran responsables de su poderosa acción antioxidante gracias a su capacidad de eliminar radicales libres, lo cual les proporciona un importante papel como agente protector frente al desarrollo de determinadas en- fermedades (cardiovasculares, degenerativas, etc.). En otras investigaciones también se ha comprobado que los flavonoides, quercitina y kaempferol, son capaces de aumentar las concentraciones intracelulares de glutatión. Este efecto se sinergiza por su contenido en vitaminas, minerales, enzimas y clorofila. Así por ejemplo, la quercitina muestra efectos sinérgicos con la vitamina C, ya que esta reduce la oxidación de la quercitina, de manera tal que combinado con ella permite al flavonoide mantener sus funciones antioxidantes durante más tiempo.
Acción antiinflamatoria. Se ha demostrado que las especies reactivas de oxígeno desempeñan un papel importante en la producción de citoquinas proinflamatorias. Por tanto, el verde de cebada al contrarrestar estos efectos, puede ser muy útil en la prevención de enfermedades inflamatorias (sinovitis reumatoide, artritis, gota, etc.). También hay estudios donde se ha visto que los efectos antiinflamatorios de la hierba de cebada los puede realizar a través de varias vías: por elevación de la actividad de la superóxido dis-
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