Page 106 - Libro El Perú en la Antártida
P. 106

EL PERÚ EN LA ANTÁRTIDA
 La segunda etapa de interés es la que corresponde a la demostración de inte- rés por parte de las instituciones estatales como la Cancillería y la Armada, que entre 1976 y 1979 lograron que la Asamblea Constituyente se pronun- ciara sobre los temas relacionados al Perú y la Antártida.
Y en la tercera etapa se puede ver una participación sostenida del Estado sobre la Antártida para lograr incorporar al Perú al Tratado Antártico como veremos a continuación.
EL COMIENZO: EL TRATADO ANTÁRTICO Y EL PERÚ
El Tratado Antártico fue firmado en el año 1959, entró en vigor el 23 de junio de 1961 y significó una aparente desaparición de las actividades económicas y de las aspiraciones imperiales de varias naciones. Fue un ejemplo de cómo varios países pueden trabajar juntos con éxito para preservar una zona del pla- neta en beneficio de la humanidad, instaurando la única zona en el mundo des- nuclearizada, desmilitarizada y de paz.
Este compromiso internacional lo firmaron 12 países que en aquel entonces tenían actividades antárticas que fueron los Gobiernos de Argentina, Austra- lia, Bélgica, Chile, La República Francesa, Japón, Nueva Zelandia, Noruega, la Unión de África del Sur, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América.
Asimismo, el mencionado tratado regula las actividades de los países en el continente Antártico. A pesar de su brevedad (14 artículos), demostrado en el tiempo ser una pieza maestra para la solución de los complejos problemas políticos y jurídicos que se presentan en el Continente Antártico.
Sus objetivos, en general, son el preservar la Antártida como Zona de Paz y fomentar la cooperación internacional en el campo de la investigación científi- ca y que no llegue a ser escenario u objeto de discordia internacional.
Al cumplir los 30 años de la vigencia del Tratado en 1991, se logró aprobar el “Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente”, sus- crito en Madrid el 4 de octubre de 1991, durante la XI Reunión Consultiva del Tratado Antártico. El protocolo recién entró en vigor el 14 de enero de 1998 y trata de manera técnica la temática de ecología como laboratorio de inves- tigación científica y como observatorio único por el alejamiento del continente blanco de la contaminación natural y artificial en el mundo. En este Protocolo el Perú es el Signatario Original.
Por su parte el Tratado Antártico señala que es abierto a todas las naciones que demuestren su interés por la Antártida, para lo cual deben entregar una
carta de intención presentando su candidatura y adhiriendo los principios del Tratado al país depositario del mismo, Estados Unidos, para que así sea eva- luada en las reuniones consultivas del Tratado.
Otro aspecto importante en el Tratado Antártico es que existen dos tipos de miembros: las Partes Consultivas, el Perú actualmente es una de ellas; las cuales participan en reuniones consultivas de donde emergen normas y regla- mentos; las Partes no Consultivas, las cuales son invitadas a las reuniones pero no participan en la toma de decisiones; es decir se limitan a acatar las normas y reglamentos.
El estado peruano hizo público su interés por el Tratado Antártico en la Decla- ración de la Asamblea Constituyente del 3 de mayo de 1979, la cual expresa lo siguiente:
“ La Asamblea Constituyente Declara que el Perú, país del hemisferio austral, vinculado a la Antártida por costas que se proyectan hacia ella, así como por factores ecológicos y antecedentes históricos, propicia la vigencia de un régimen internacional que, sin desmedro de los derechos que corresponda a la Nación, asegure, en beneficio de toda la humanidad, la racional y equitativa explotación de los recursos de dicho continente.
Declara su apoyo al principio internacionalmente adoptado por las Naciones Unidas, según el cual los fondos oceánicos y subsuelo, situados más allá de las jurisdicciones nacionales, así como los recursos de dicha zona, constituyen patrimonio común de la humanidad. Su utilización debe reservarse exclusivamente para fines pacíficos y sus beneficios deben alcanzar a todos los pueblos”.
Hay que subrayar que antes de esta Declaración no se encuentra ningún pronunciamiento oficial sobre la materia, sin embargo como ya se ha podido presentar en la primera parte del capítulo varias personalidades, abogados investigadores, periodistas y militares han realizado importantes estudios e investigaciones sobre la presencia del Perú en la Antártida que han sentado las bases de la posición nacional a partir de finales de la década del 70.
En abril de 1981 el Estado peruano remitió su carta de adhesión al Tratado y relacionada con la misma, la Cancillería del Perú emitió un comunicado de prensa el 11 de abril donde señala los motivos por los cuales el Perú decidió adherirse al Tratado:
106

















































































   104   105   106   107   108