Page 68 - Libro El Perú en la Antártida

EL PERÚ EN LA ANTÁRTIDA
Equipo de Scott en el Polo Sur, el 18 de enero de 1912. De izquierda a derecha, de pie: Oates, Scott, Wilson; sentados: Bowers, Evans. Foto preparada por Bowers.
Antes de tomar el camino de regreso, Amundsen dejó en la pequeña tienda del campamento una carta dirigida a Scott. La había escrito en caso de un resulta- do fatal en su expedición. También, dejó una carta a su rey Haakon VII de Norue- ga. En enero de 1912, Amundsen partió de bahía de Whales rumbo a Australia.
LA SUERTE DE SCOTT
La situación sería diametralmente opuesta para Scott, pues la expedición tuvo que toparse con vientos fuertes y un frío intenso, lo que evidenció que las pre- visiones tomadas por el aventurero británico no habían sido las mejores. Scott decidió llevar trineos motorizados, los primeros de su tipo, pero quedaron inuti- lizados por el frío. Los caballos tampoco resultaron muy eficaces, pues rápida- mente sucumbieron. Las duras condiciones empezaron a afectar la resistencia de los expedicionarios, y Scott se vio obligado a ordenar el regreso de los más débiles, a fin de evitar desenlaces fatales. Ya era enero de 1912; las expecta- tivas de lograr la hazaña se toparían con la dura realidad:
Útlima carta escrita por Scott.
“Seguimos marchando y encontramos una bandera negra, atada a un soporte de trineo; en los alrededores había vestigios de un campamento; huellas de trineos y esquíes, de entrada y salida y el rastro claro de las garras de perros —de muchos perros—. Esto nos lo explicaba todo. Los noruegos nos habían precedido y habían sido los primeros en llegar al Polo. Es una desilusión tremenda y lo siento por mis leales compañeros.”
“El Polo. Sí, pero en circunstancias muy distintas de las que esperábamos... ¡Dios mío! Este es un lugar espantoso y lo bastante terrible para nosotros que hemos luchado por llegar a él sin la recompensa de la prioridad... Ahora, el regreso a casa y a librar una lucha desesperada. Me pregunto si podremos sostenerla.”
68