Page 69 - Libro El Perú en la Antártida
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EL PERÚ EN LA ANTÁRTIDA
   Scott había llegado al Polo Sur el 18 de enero, se topó con el campamento dejado por Amundsen y encontró las cartas dejadas por este. Las informa- ciones en este punto y en adelante se basan solamente en los apuntes deja- das por Scott en su diario. Se sabe que estuvieron caminando hasta marzo de 1912 en su lucha por regresar, donde sufrieron la baja de varios miembros de la expedición, a quienes tenían que abandonar en el camino. La última anota- ción está fechada con el día 29 y menciona:
“No tengo la esperanza de que las cosas cambien por ahora. Perseveraremos hasta el fin, pero es natural que nos vayamos debilitando, y el fin no puede estar lejano. Es una lástima pero no creo que pueda escribir más. R. SCOTT.”
Luego escrito con letra irregular se lee: “Por el amor de Dios, cuiden a los nuestros”.
El cuerpo de Scott y los de sus acompañantes fueron hallados el 12 de noviembre de 1912 a 700 kilómetros del Polo Sur, dentro de una tienda de campaña. Estaban a 600 kilómetros de culminar su recorrido. También fue recuperado su diario, cartas y rollos de películas fotográficas. Gracias a estos objetos ha sido posible conocer, preservar y ensalzar el sacrificio de Scott y sus hombres.
EL IDEAL TRANSANTÁRTICO
Luego de haber conquistado el Polo Sur, se planteó el reto de cruzar el conti- nente. Ernest Shackleton, se propuso a llevar a cabo dicha empresa.
En 1914, estaba lista la expedición. A disposición tenía los barcos Endurance y Aurora. Al estallar la primera guerra mundial, los expedicionarios estaban convencidos de que serían llamados a las filas, pero Winston Churchill, en ese entonces primer lord del Almirantazgo, dispuso que la expedición se llevara a cabo. Esta partió el 5 de diciembre de 1914, el Endurance (con Shackleton) zarpó desde la isla Georgia del Sur, rumbo a la bahía de Vahsel en el mar de Wedell. En tanto el Aurora, se ponía rumbo al mar de Ross, al otro extremo del continente. El plan era hacer un recorrido de convergencia entre ambas expe- diciones, las que deberían encontrarse en el Polo Sur.
En febrero de 1915, el Endurance había quedado atascado entre los grandes bloques de hielo. Schackleton y sus expedicionarios permanecieron inmoviliza- dos por los siguientes meses, hasta que en octubre el Endurance comenzó a inundarse. Schackleton ordenó el abandono de la nave, lo que les obligó a esta- blecer un campamento para luego abordar uno de los botes salvavidas y salir
Rutas seguidas por Scott y Admundsen 1911 - 12.
de aquellas heladas aguas para arribar en la isla Elefante a la espera de un rescate.
Por su parte el Aurora también había quedado bloqueado en el mar de Ross, pero pudo finalmente sortear este obstáculo y regresó finalmente a Nueva Zelanda en 1917. Schackleton intentaría en 1920 otra expedición a la Antárti- da, la que le costaría la vida en la isla Georgia del Sur en 1922.
La intentona trasantártica no había tenido un resultado exitoso, se cerraba la denominada “edad heroica” de las exploraciones antárticas. A partir de la déca- da de 1920, las expediciones contarían con una nueva aliada: la tecnología.
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