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LXIV
SIEN EN
Es tan fuerte la voz del cero que puede empequeñecer al uno de manera indefinida poniendo ceros a la izquierda, como dice más adelante. Estos dos números, como en el lenguaje binario de la computadora, son los “novios de la eternidad”. La dialéctica insalvable.
Pero Vallejo está harto de esa realidad dual. El “1” es soberbio por absoluto, cuando ve a ese uno ajeno a sí mismo. El “2”, por su parte, es siempre contradicción, absorción del uno por el otro, pero también una cabalidad.
En el poema XV la dualidad llega a su hastío y dice: “novios difuntos”, y señala las dos puertas, las dos voces, los dos caminos de la razón, dos puertas abriéndose y cerrán- dose.
Es un sinsentido eterno. Y allí es donde nace TRILCE, porque Trilce es la búsqueda de la tercera voz que vence la dualidad entre dos voces y entre dos seres. Al observar tan atentamente la dualidad Vallejo se convierte en el tercero, un espectador foráneo. Y es él mismo, la búsqueda de su tercera voz.
La voz que al final será todo el mundo lleno de neologísmos, tentativas de absurdo, rupturas de lógica, quebraduras del lenguaje, “caprichos vanguardistas” como alguien dijera; un mundo alterno de lógica y gramática. Un mundo habitable o, cuando menos, soportable, para Vallejo, un mundo que no pertenece a ninguna otra cosa.
Pero los números no acaban ahí. En el poema XVIII, avanza al número “4”, que como sa- bemos por el poema de HERLADOS NEGROS, en el poema “Hojas de ébano”, en los ver- sos finales, cuando dice “...tahuashando con sus ponchos de hielo” (del quechua “tawa”, “4”), que explica el conocimiento de la cuadraléctica en Vallejo al respecto del poncho, en XVIII hace alusión al descuartizamiento de Tupaq Amaru, también, y, sobre todo, a las cuatro paredes de la prisión. Donde quiera que pueda ver el “4” le representa una condena.
Entonces, debe volver al “3”. Al tercer mundo, de la ruptura y, por tanto, de la libertad. Por eso retrocederá al “3” y quedará allí como número clave para toda la lógica, que ha de reinar en una alteridad del propio lenguaje. No es una libertad bondadosa, salvo en la licencia permanente que se toma con “los enredos de enredos de los enredos” a los que se refiere el poema XX, y que son uno de los filtros de TRILCE.
Veamos para resumir la numerología: 1. El absoluto ajeno.
2. La contradicción, dualidad.
3. Lo irresoluto, incompleto, sobrante.
4. La prisión, el hastío.
No va más allá, porque luego los otros números se van a otro contenido que repite estos cuatro fundamentales. Por ejemplo, en el poema XXXII, primero pone 999 calorías y
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