Page 505 - Revista Educativa
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-¡bien, papi!  ¡Tengo hambre!-exclamo contentísimo juan.

                        Mientras el encargado del lugar y su familia les servían puchero caliente, el papa le conto a juan el porqué de
                        ese viaje a Tucumán.
                        -hace seis años, cuando eras muy chiquito, sucedió la revolución de mayo y se formó el primer gobierno
                        patrio. Pero a pesar de ese hecho tan importante, los problemas siguen y tememos que los españoles quieran
                        volver a apoderarse de lo que perdieron.

                        -Pero y nuestros ejércitos… ¿no están para defendernos?-pregunto Juan.
                        -Nuestros ejércitos hace seis años que están luchando. Están cansados y no tienen buenos equipos. Es
                        imprescindible que todas las provincias estemos unidas para buscar la manera de lograr nuestra total libertad.
                        Se eligió Tucumán para realizar este importante congreso por estar en el centro de todas las provincias.
                        -¡ya quisiera estar ahí! –exclamo juan.

                        El viaje continuo con tanto entusiasmo que casi no sentían el cansancio.

                        Un amanecer divisaron, no muy lejos, un montecito de árboles que formaban una plaza. ¡El perfume de
                        azahares era increíble! - ¡llegamos a Tucumán! –anuncio Pantaleón.

                        Los tres viajeros fueron recibidos por una familia que los alojo en su casa. La dueña lo saludo amablemente:
                        -¡bienvenidos! ¿Desean una copa de refresco de lima?

                        Los días que siguieron fueron muy agitados. Llegaban congresales desde todos los puntos del país. Algunos,
                        en galeros, como ellos; otros, en carretas o a caballo y hasta a lomo de mula.
                        Comenzaron de inmediato las reuniones en su casa prestada por una distinguida dama, doña Francisca
                        Bazán de Laguna.
                        Esta casa necesito arreglos. Fue tirada abajo una de sus paredes, formándose así un gran salón donde
                        entraban doscientas personas. Además, las sillas eran de dos conventos vecinos, el escritorio y el sillón de un
                        militar tucumano.

                        Así, mientras se sucedían las reuniones juan se quedaba jugando en la casa de doña Ángela.
                        Pero al aproximarse el día más importante, toda la gente, incluido juan, se fue acercando a la famosa casa de
                        Tucumán para escuchar lo que ocurría. En el medio del patio había un hermoso naranjo donde juan se
                        trepaba para observar mejor.
                        Los congresales, poco a poco, iban esclareciendo ideas y llegando a acuerdos.

                        La ansiedad crecía, y el 9 de julio, de pronto juan escucho que la gente pedía silencio porque el secretario del
                        congreso Juan José Paso, se puso de pie…

                        …y pregunto en medio de la expectativa si querían que las provincias de la unión fuesen libre e
                        independientes de España y de toda dominación extranjera. Los congresales gritaron: ”¡sí!”, y la gente
                        apretujada contra las rejas grito:” ¡viva!”, mientras juan pedía “permiso! ¡Permiso!”, porque quería llegar junto a
                        su papa para abrazarlo bien fuerte.
                        Por fin se había hecho realidad el sueño ansiado ¡ya estaba declarada nuestra independencia!

                        Al otro día se hizo una gran fiesta. Todo estaba adornado con guirnaldas y emblemas patrios. El desfile en la
                        plaza era interminable: guitarristas y paisanos interpretaban y bailaban danzas populares. En los días
                        siguientes, los congresales fueron regresando a su provincia.
                        Por supuesto, también lo hicieron juan y su papa, pero antes de despidieron de doña Ángela  y su familia,
                        agradeciéndoles el hospedaje y las atenciones.





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