Page 129 - Casados o Cansados
P. 129

En  la  época  de  nuestra  esclavitud  en  Egipto,  nuestras  madres
                        tenían por costumbre una actitud muy especial, cuando salían a la calle

                        tomaban  un  poco  de  carbón  y  se  manchaban  la  cara  para  afearse  a
                        propósito y así no despertar el deseo de ningún extraño. Sin embargo,
                        cuando llegaba la hora del regreso de los maridos a la casa, se bañaban,
                        se maquillaban y se arreglaban para recibirlo (“no como hoy en día que
                        en la casa están como si fuera Tisha Beav y a la calle salen como si
                                                                                          fuera  Purim”)

                        Nuestras  madres  sabían  una  sola  cosa,  que  ellas  pertenecían
                        únicamente a sus maridos y ellos a éstas, el resto no les interesaban, por
                        lo tanto se acicalaban para sus parejas y así evitaban el riesgo de pastar

                                                                                       en campos ajenos.

                        Cuando  una  mujer  sale  a  la  calle  vestida  de  una  forma  muy
                        llamativa,  quizás  ella  no  se  da  cuenta  que  puede  provocar  que  un
                        hombre que camina con su esposa, la observe y su mujer se dé cuenta
                        formándose  una  discusión  muy  desagradable  entre  ellos;  la  mujer  no
                        sabe lo que ocasionó con su falta de recato, pero igualmente tiene la
                        culpa. Una vez leí una estadística interesante que decía que el 28% de
                        los accidentes automovilísticos ocurren por distracción del conductor al
                        observar a una mujer que va por la acera o distraído en pensamientos
                        sobre  una  amante.  Igualmente  es  importante  cuidarse  de  no  causar
                        accidentes matrimoniales vistiéndose adecuadamente y minimizando el
                                                                    riesgo que suponen las tentaciones.



                                                            2 .  LA PLAYA Y LA PISCINA MIXTA

                        Pasar un día en la playa con la pareja debe ser agradable, pero
                        seamos realistas y sinceros poniendo las cartas sobre la mesa. ¿qué hace
                        un hombre cuando está en la playa, construye castillos de arena, acaso
                        le  importa  sólo  la  cerveza  fría?    Su  cabeza  está  como  un  ventilador
                        dando vueltas a la derecha y a la izquierda analizando “el paisaje” y
                        comparándolo con lo que tiene en la casa. En verdad no entiendo a las
                        mujeres que se empeñan en llevar al marido a la playa, ni siquiera por
                        religión sino por lógica, no debería someterle a tentaciones que ningún
                        hombre  puede  resistir.  No  todos  los  hombres  son  lo  suficientemente
                        fuertes para saber que lo que ven quizás es bello, pero es “carne trefá” y
   124   125   126   127   128   129   130   131   132   133   134