Page 21 - Casados o Cansados
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acepta no sin antes hacerse de rogar. Normalmente la primera salida es
al cine, sentarse juntos comiendo palomitas de maíz concentrados en lo
que ven. Finalmente salieron durante 3 horas, de las cuales dos horas
duró la película más media hora de ida y otra de vuelta. –“¿Qué te
pareció la película?” – “Perfecta, muy bonita”. – “Si, también a mi me
gusto mucho”. –“O.K. Chao, te llamo mañana”.
En la segunda cita salen acompañados de otras cuatro parejas a
comer pizza, todos hablan con todos, ríen, comen y la pasan de
maravilla y regresan cada uno a su casa.
En la tercera cita, salen a bailar y con el ruido de la música y el
consumo de alcohol, no pueden hablar ni concentrarse, pero la pasaron
muy bien y así continua otra cita y otra más.
Agregándole a todo esto, el libertinaje del contacto físico que
funciona como soborno, como dice el Rey Salomón: “al kol peshaim te
jase a ahava” lo cual significa que por culpa del amor la persona se
ciega y no logra ver los defectos de la pareja.
En resumen, salieron, disfrutaron, la pasaron bien, se sienten
felices juntos por lo tanto deciden casarse. El problema está que
después de la boda ya no se sale mucho, y al cine se va muy poco, el
restaurante está en la cocina, los amigos están cada uno en su mundo y
entonces te sientas a hablar y a conocer bien a tu pareja y de repente
surgen sorpresas -“yo no sabía que tu opinas así”, - “yo tampoco sabía
que tienes ese carácter”
Ellos adelantaron el disfrute antes de hablar y conocerse y si no
lo adelantaron, por lo menos lo mezclaron, lo que les causó
interferencias en el proceso de averiguación, pusieron el corazón
antes que cerebro.
Sin embargo, en el mundo religioso eso funciona de otra forma,
todo comienza con lo que se llama “shiduj”, es cuando un
casamentero(a) hace la presentación de la pareja y cada uno antes de
salir averigua por medio de conocidos maestros y maestras para tener
una idea de quien es el candidato(a).