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EXPERIENCIA INICIAL Conecta T bëÅä~îáíìÇÉë=áåÑ~åíáäÉë
de derechos del niño, la joven contó que el dinero que
nas, con 8 años, alimenta el horno de
una fábrica de metales
padre tenía planificado para ella, cuando cumpliera los
Anas, de la India, tiene a su abuelo enfermo
13.
y es por eso que sueña con ser médico. robaba estaba destinado a pagar el casamiento que su
Desde los 8 a los 10 años la realidad de Kader trabaja en la cosecha de algodón y es la jefa
Anas hacía imaginar que su sueño era imposible. Pasaba de la familia
10 horas al día, seis días a la semana, avivando el fuego
El padre de Kader, una niña turca de 8 años de edad, no
del horno en un taller, lleno de humo en una barriada de
tiene trabajo. Su madre está prácticamente ciega. Kader
Maradabad, la India, en el que se fundían y moldeaban
y sus cuatro hermanos (dos mujeres y dos varones) tra-
metales. Por ese trabajo, Anas ganaba menos de un
bajan en la cosecha de algodón y ayudan así a cubrir las
cuarto de dólar al día.
necesidades de la familia.
Durante esos años en los que soñaba con estudiar me-
Además del sacrificado trabajo en la cosecha, Kader
dicina para poder curar a su abuelo, Anas apenas lograba
cumple otra función fundamental en su hogar: hace todas
reunir una parte del dinero que demandaban las medicinas
las tareas que su madre, por la ceguera, no puede ha-
de su abuelo. También le ha quedado una marca de esos
cer.
años de peligro: una cicatriz en el pie donde le quemó
un metal fundido. Mili, con 11 años, limpiaba casas amenazada y no
cobró durante un año y medio
Cveti sale a robar junto a su madre y su hermana
A los 11 años, Mili se quedó sin su padre. Sin demasiadas
Cveti tiene 12 años y vive junto a sus padres, tres hermanas
oportunidades en el pueblo que vivía en Indonesia, ella
de entre 4 y 10 años y un hermano mayor de 13, en un
y su madre se marcharon a Yakarta para buscar trabajo
pequeño pueblo cerca de Sofía,Bulgaria. Todas las ma-
como empleadas domésticas.
ñanas, Cveti madruga emocionada y sale junto a sus her-
manas y su familia. A diferencia de la mayoría de las niñas Mili encontró rápidamente un empleo en Bekasi, un su-
de su edad no la produce emoción encontrarse con sus burbio de Yakarta, pero separada de su madre. Al principio,
amigos de la escuela. Cveti sale a robar. su empleadora, que estaba embarazada, era amable con
ella y la trataba como si fuera de la familia. Pero, después
La madre la lleva al tranvía, donde esta pequeña búlgara
del nacimiento de su hijo, se volvió muy dura y Mili tuvo
se ha acostumbrado a asaltar a los eventuales pasajeros.
que soportar constantes insultos. Recibía gritos todo el
También se ha especializado en sacar provecho de los
tiempo, y se sentía inútil y rechazada y pasó un año y
comercios a los que concurre mucha gente y, en el tu-
medio sin recibir ningún tipo de remuneración.
multo, Cveti logra obtener unas cuantas billeteras. Cuando
las autoridades la incorporaron al programa de protección Braulio fue apaleado en la mina cuando cayó enfermo
En La Rinconada, Perú, son muchos los
niños que tienen un destino casi ase-
gurado: trabajar en las minas. Braulio,
de 14 años, es uno de ellos. Desde
muy joven se dedicó a transportar
pesadas cargas de mineral, trabajo
que alternaba con el de machacar
piedras.
“Un día no me sentía bien, estaba
muy cansado y me caí varias ve-
ces mientras trabajaba. A la salida
de la mina mi carretilla se volcó y
todo el mineral se cayó. El encar-
gado me estaba mirando, y por ello
me pateó duramente”, cuenta el joven
peruano.
QM