Page 8 - Revista Nuevos Aires de Bolívar (Nº 18)
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Nuevos Aires
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May Pierstorff,
la niña que fue enviada por correo
Era verano y los días El padre de May quien
tenían el calor caracterís- no tenía luces para algu-
tico de esa estación aun- nas cuestiones pero se
que faltaba algo de cali- defendía muy bien con la
dez para la pequeña lectura y su comprensión,
May, y por eso le pidió a se quedó leyendo el regla-
sus padres visitar a su mento del correo que es-
querida abuela que se taba apoyado en una de
encontraba a unos 120 las ventanillas de la esta-
kms de distancia. ción. Al terminar de leer,
en pocos minutos pudo
Esto sucedió hace darse cuenta que entre las
más de un siglo atrás, reglas a cumplir por el
cuando May Pierstorff servicio postal, no había
contaba con cuatro años ningún punto específico
de edad y la crisis de que prohibiese el envío
aquel entonces afectaba de una persona como
duramente al país del “paquete”. Fue entonces
norte o, más precisamen- que decidió cumplir el
te, a sus habitantes que trabajaban por sueño de su hija, y compró las estampillas
magros sueldos. necesarias para poder mandar a May con
su abuela… por medio del correo.
Sus padres no eran la excepción a esta
salvaje economía, y cuando la menor de El 19 de febrero de 1914, May y sus pa-
la familia expresó su deseo de poder tras- dres se presentaron en la oficina de co-
ladarse desde su pueblo natal, Grangevi- rreos donde se constató que el “paquete”
lle, en Idaho, atravesando las montañas pesaba 22 kilos y medio, algo menos del
hasta llegar a destino: Lewiston. límite permitido que era de 25. El fran-
queo, de 53 céntimos en estampillas se
Como la pequeña insistía, fueron hasta pegó en el abrigo de la pequeña.
la estación de tren para averiguar por los
pasajes. El recorrido que debía realizar el La niña realizó todo el viaje en el com-
gran gusano de hierro costaba entonces el partimento de correo del tren y, al llegar a
salario de varias jornadas de trabajo. destino, fue entregada sana y salva en
casa de su abuela por el secretario de
No había manera de poder costear los turno, Leonard Mochel, según consta en
pasajes, salvo que… los archivos del National Postal Museum.