Page 31 - El Necronomicon
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dan a luz más horrores de los que la mente de un hombre es ca-
paz de concebir, cuya visión apenas puede soportar. Hubo un
tiempo en que el Pórtico hacia el Exterior permaneció abierto
demasiado y yo contemplé el horror que paraliza, ése que las pa-
labras no pueden describir y que la escritura sólo sirve para con-
fundir. El Antiguo que escapó hacia el Mundo Interior fue obligado
a retroceder a través del Pórtico por un mago de gran poder, pero
a costa de una tremenda pérdida para los poblados y rebaños de
la Isla. Muchas ovejas murieron de forma antinatural al tiempo
que otras muchas fueron devoradas, y muchos Bedou perdieron
el sentido porque la mente percibe aquello que se le muestra, pe-
ro la visión de los Antiguos es una blasfema para los sentidos co-
rrientes de un hombre, ya que proceden de un mundo que no es
recto, sino retorcido, y su existencia tiene aspectos antinaturales
y dolorosos para el ojo y la mente, momento en que el espíritu se
ve amenazado y huye del cuerpo.
Por esa razón, los pavorosos utukku xul se apoderan del
cuerpo y moran en él hasta que el Sacerdote los Destierra al lu-
gar del que vinieron, para que el espíritu normal pueda retornar a
su entorno de antaño.
Y están los ALLU, espantosos demonios con cara de perro
que son los Mensajeros de los Dioses de Presa, que devoran
hasta los mismos huesos de un hombre. Y hay muchos más, pe-
ro éste no es el lugar adecuado para mencionarlos, con la ex-
cepción de darle una advertencia al Sacerdote para que evite el
anhelo ambicioso por dominar a los Antiguos del Exterior hasta
que no adquiera la maestría sobre los poderes del Interior. Sólo
cuando se haya atravesado el ADAR podrá considerarse el Sa-
cerdote amo de los planos de las Esferas y capaz de combatir
contra los Dioses Antiguos. En cuanto se haya contemplado a la
misma Muerte a los Ojos, el Sacerdote podrá invocar y controlar
a los habitantes que moran en sus cámaras de densos cortinajes.
Entonces podrá pensar en abrir el Pórtico sin temor ni titubeos
hacia el espíritu que mata al hombre.
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