Page 23 - Libros de Caballerías 1879
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LA SIN PAR ORIANA


      lo ser; e pues a la vuestra merced soy criado, com-
      plid en esto comigo lo que debéis.
        El Rey dijo:
        —Doncel del Mar, yo sé cuándo os será menes-
      ter que lo  seáis, e más a vuestra honra, e promé-
      toos que lo faré.
        E luego mandó que le aparejasen las cosas a la
      orden de caballería necesarias; e hizo saber a Gan-
      dales todo cuanto con su criado  le cbntesciera, de
      que Gandales fué muy   alegre, y  envióle por una
      doncella  la espada y  el  anillo  e  la  bola de  cera,
      como lo hallara en Tarca donde a  él falló; y estan-
      do un día  la hermosa Oriana con otras dueñas  e
      doncellas en  el palacio, holgando en tanto que  la
      Reina dormía, era allí con ellas el Doncel del Mar,
      que sólo mirar no osaba a su señora, y decía en-
      tre sí:                           i   \
        —¡Ay, Dios! ¿por qué vos plugo de poner tanta
      beldad en esta señora, y en mí tan gran cuita e do-
      lor por causa della? En fuerte punto mis ojos  la
      miraron, pues que perdiendo  la su lumbre con  la
      muerte, pagarán aquella gran locura en que al co-
      razón han puesto.
        E así estando casi  sin ningún sentido, entró un
      doncel e díjole:
        —Doncel del Mar,   allí fuera  está una  doncella
      extraña que os trae donas e os quiere ver.
        El quiso salir a  ella, mas aquella que lo amaba,
      cuando lo oyó, estremeciósele  el corazón y dijo:

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