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PALABRAS DE AGRADECIMIENTO
VICTOR VERDÍN
Tengo presentes sus rostros al escribir mi despedida. Los rostros de todos ustedes van fijados en
mi corazón, los rostros que concretan nuestra comunidad parroquial. Rostros que recorren
ejidos, barrios y colonias de Parras. Están presentes de todas las edades, condiciones sociales,
y tanto de la ciudad como del campo. Están presentes sus anhelos de una vida llena de paz
y de esfuerzo, de servicio a los demás, de contribuir a hacer una Iglesia comunitaria y compro-
metida con los más pequeños y pobres para hacer un mundo de hermandad. Una película
que cubre 11 años y medio de caminar con ustedes, años de recibir y dar cariño, años de
compartir el deseo de vivir con congruencia como hijos e hijas de Dios.
¡Cuántas cosas aprendimos juntos! Cuánto La insistencia de Jesús es que no pasemos
por aprender para apoyar a a los niños y de lado con indiferencia. Recuerdo tanta
jóvenes en su crecimiento y proceso de generosidad y solidaridad de ustedes que
maduración. Cuántas lágrimas de amor de atienden a sus vecinos ancianos y enfer-
mamás y papás al acompañar a sus hijos e mos, que cooperan con familias en
hijas en situación de riesgo vienen a mi extrema pobreza. Están también las colec-
mente. Cuánto dolor por nuestros tas y la búsqueda de apoyo de nues-
hermanos y hermanas que atra- tras corporaciones sociales y la
viesan por sus vidas pobrezas, disponibilidad de nuestros
enfermedades, despolios y hermanos que cuentan con
qué de llamamientos de más recursos económicos.
Jesús para estar cerca Cómo nos necesitamos
de ellos y acompañarlos todos en todas las
en su dolor y en sus épocas y más en la que
luchas: los obreros de nos tocó vivir. Agradez-
FLESA, los obreros y co la cercanía, com
obreras con jornadas prensión y amistad de
extenuantes que con- ustedes. Agradezco el
sumen sus vidas lejos de poder ser parte de esta
sus hijos, los jornaleros pequeña Iglesia. Agra-
agrícolas, los desemplea- dezco ser parte de
dos, los ejidatarios en sus ustedes, de su familia.
luchas sin salida...
No olvidaré los espectáculos
Que sepamos ser una Iglesia de que nos ofrece diariamente la
salida hacia estas fronteras dentro de naturaleza en Parras. Desborda la belleza
nuestra misma Parroquia. Nuestra mayor en cada rincón de este municipio. Que la
deuda es con los más pobres. Cuántas rutina o el cansancio no nos impidan gozar
puertas nos faltan por tocar y así poder esta belleza que nos eleva a Dios, que
entrar en esas vidas a llenarlas de esperan- hace a Dios presente entre nosotros.
za y de fortaleza para luchar.
El sombrerete del Santo Madero, rocas que hacen una sola pieza para deleite de nuestra vista
y que soportan el Santo Madero. Sombrerete que la caprichosa historia ha convertido en san-
tuario donde se acumulan historias de vidas en que la intervención del Señor se hace eviden-
te y fortalece la fe. Cuántas vidas reconstruidas en un encuentro lleno de fe con la Cruz que
da vida. Nos hace falta hacer un inventario de los sombreretes y sombreretillos que la natu-
raleza nos regala en Parras.
Seguiré presente con ustedes con mis oraciones. Espero que me tengan presente en las suyas.
Que la Gracia de Dios se desborde en cada uno de sus corazones para llenarlos de gozo y paz
y anhelos de amar y servir para contribuir a ver rostros felices llenos de amor fraterno. Que la
Gracia de Dios abunde para que los lazos comunitarios se anuden bien hasta formar la comu-
nidad de comunidades que está llamada a ser la Parroquia en espiritualidad de comunión
con nuestra Diócesis de Saltillo.
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