Page 87 - mago de oz
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cobarde, la embarcación se inclinó bastante,  pues
            el  felino  era  grande  y  pesado,  pero  el  Leñador

            y  el  Espantapájaros   se  pararon   sobre   el  otro
            extremo    para    equilibrarla    y    pudieron    partir

            sin  inconveniente alguno.


            El  hombre  de  paja  y el  Leñador  impulsaban  la
            balsa con  dos  largas  varas y  al  principio  todo

            marchó  bien;  pero  cuando  llegaron  al  centro  del
            río la fuerte corriente empezó   a  arrastrar  a  la

            embarcación,    alejándola    cada    vez    más    del
            camino  amarillo. Además, la profundidad era allí

            tan  grande  que  las  varas  no  llegaban  a  tocar  el
            fondo.


            —Esto  es  malo  —dijo  el  Leñador—.  Si  no

            podemos llegar a tierra, la corriente nos llevará a
            la región de la Maligna Bruja de Occidente, que

            nos esclavizará con sus hechizos.


            —Y entonces yo no conseguiría  cerebro —dijo el
            Espantapájaros.


            —Ni yo valor —gruñó el León cobarde.




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