Page 141 - Huasipungo - Jorge Icaza
P. 141
J o R G E e A z
Clava el hambre a los indios en el patio. Esa in-
movilidad exc¡ta la furia del amo. No sabe qué ha-
cer, no ~abe contra quién irse, los ojos no descan-
s.an buscando el punto vulnerable para desbaratar·
esa pandilla que le contempla alelada; y dirigién-
dose _al Andrés que se halla más cerca, le grita:
-¡Cabrones! No han oído que se vayan.
Para deshacerse de ese fantasma le da un empe···
llón que le tira al suelo. El Policarpio, temeroso
de las consecuencias que podían traer al terrate--
niente la furia congelada en la mirada inmóvil de
los peones, alzando al indio caído le reconvie-
ne, en voz ·alta para que oigan todos:
-No scai~ rúsüco. I\!"o le b . .agáis tener s~m.ejan--
tes iras al patrón. ~;i'a c'le morir.
Don Alfonso 'sintiéndose mártir, murmura:
-Estos me van .a matar, ¡Dios mio!
Alza los brazos al cielo y termina:
-Todo por qué ... Por querer _civilizarles.
Su voz de plañidera consternó a la muchedum-·
bre. Aquella espera agobiante, callada, indecible,
que tenía todos los peligros del estallido inmedia--
to, se apacigua lentamente. Cuando taita curita O·
el patrón se pom;n a hablar con Dios, alzando
de esa manera los brazos al cielo, es porque·
algo malo tiene que pasarles. Taita Diosito·
J42 siempre oye la súplica de la gente blanc,a ..
Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"