Page 6 - Huasipungo - Jorge Icaza
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-Siempre  dispuesto  a  servirle,  tiíto.  -mur- 7
              mura  sentándose  junto  a  a·qucl  hombre  grue-
              so,  de  cejas  pobladas  y  que  tenía  la  costum-
              bre  de  hablar  en  plural,  como  si  fuera  miem:-
              bro  .de  una  pandí!la  ó  dependiente  de  almacén.
                Después  de  algunos  minutos  entraban  en  el  des-
              pacho particular del viejo. Pereira;  un  gabine~e con
              puerta  de  cristales  escarchados,  un  enorme  t:~<:ri­
              torio  que  se  agobia. bajo  el  peso  de  un  centenar
              de  papeles,  planos  y  libros,  dos  ficheros  de  colr,r
              verde  aceituna,  amplios  sillones  de  cuero· donde  Sf'
              puede -resistir  los  golpes  de  los  negocios  más  au-
              daces,  un  enorme  cuadro  del  Corazón  de  Jesús  hte-
              cho  de  un  tal  señor  Midcros,  y  el  perchero  que  en
              aquella  capilla  de  la  austeridad  sir'le  para  colgar
              las  sonris~as y  las  bromas  junto  a  los  sombreros  y
              a  los  paraguas  alicaídos.
               -Pues  sí,  mi  querido  sobrino.
                Un  escalofrío  de  desorientación  le  invadió  a  Pe-
              reira  el  menor.
                -Hace tres  meses  que  se  halla  vencido  el  paga-
              ré  de  diez  mil  sucres  que  me  adeudas.  No  he  que~
              rido  ejecutarte  porque  tenemos  entre  marios  un
              proyecto  que  nos  hará  ricos  a  todos.  Hemos  ido
              por  tres  veces,  en  viaje  •de  exploración,  a  Cuchi-
              tambo.  Da  pena  ver  lo  abandonado  que  está  eso.
                Con  aire  paternal  continuó:
              Ji   u               p    u   N   G    o







                     Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"
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